viernes, 20 de diciembre de 2019

GHOSTEEN, de Nick Cave and The Bad Seeds.


ESPERANDO EN EL PURGATORIO.

Por Berto.



Según la religión católica,  el purgatorio es un estado en el que las almas de los muertos purgan sus pecados  antes de alcanzar “la gloria”. O quizá la paz. La misma que le fue arrebatada a Nick Cave a raíz de la trágica y prematura muerte de su hijo Arthur en 2016. Una vez superada la correspondiente etapa de duelo sorpresivo plasmado en su estremecedor disco anterior , Skeleton Tree (2016), el músico australiano parece haber alcanzado con Ghosteen (2019) un nuevo nivel en su proceso de cicatrización, convirtiendo la labor creativa y su brillante resultado en una sanadora purga de esa alma , que para él está muerta; la que supone aceptar la pérdida tras la sorpresa y la rabia inicial.

Ghosteen no es un disco fácil. Tanto para oyentes iniciados en su música como para aquellos que no la conocen en profundidad una primera escucha puede resultar agotadora. Exige la total predisposición y empatía por parte del que decide acompañar a Cave en su desgarrador viaje al purgatorio. Y en parte es debido a su aparente sencillez instrumental. Las bases sobre la que se asienta la obra que nos ocupa carecen de músculo y como ya se intuía en Push The Sky Away y se acentuaba en la siguiente entrega , Skeleton Tree, se alejan cada vez más del rock convencional (si se puede encasillar como tal la obra anterior ) limitándose a largos desarrollos protagonizados por sentidos sintetizadores a cargo de Warren Ellis y los demás Seeds,  junto con ocasionales pinceladas de percusión de lo más minimalistas e incluso en ocasiones casi inexistentes, que acarician y protegen a la verdadera protagonista del disco; la voz.

 Y es que estamos hablando de la que posiblemente sea la mejor ejecución vocal grabada del australiano, alternando los sentidos graves ( escucha  Waiting For You e intenta no quebrarte) con sorprendentes falsetes que encogen el alma desde el primero de los cortes, Spinning Song , en la que implora que vuelva esa paz que le han arrebatado  “peace will come, peace will come in time, a time will come, a time will come for us..:” hasta  la que cierra el disco, Hollywood, una auténtica obra de arte en la que viajamos con el músico por las carreteras de la costa del Pacífico, hacia Malibú, en ese viaje final de aceptación, y que supone uno de los grandes hitos de toda su carrera artística. Es realmente sublime como Cave se sirve de una leyenda budista, la leyenda de Kisa y la semilla de mostaza, para mostrarnos en qué punto del duelo se encuentra. Cantada con ese desesperado falsete nos va desgranando la triste historia de Kisa, que afligida al encontrarse con su hija muerta, pide ayuda sin éxito a sus vecinos para acabar pidiendo consejo a un maestro buda. Este le indica que únicamente tiene que conseguir una semilla de mostaza de alguna casa, con la única condición que en la misma no haya muerto nunca nadie. Finalmente Kisa se da cuenta que la muerte es inevitable, pues no encuentra ningún hogar en la que no haya muerto algún ser querido, y finalmente ACEPTA la muerte de su hija;

“…She said everybody is always losing somebody
Then walked into the forest and buried her child
Everybody's losing someone
Everybody's losing someone
It's a long way to find peace of mind, peace of mind
It's a long way to find peace of mind, peace of mind

And I'm just waiting now, for my time to come
And I'm just waiting now, for peace to come, for peace to come…”





La ambientación de Ghosteen pues es etérea, atmosférica y sí, rotundamente celestial. Durante todo el recorrido se alternan momentos de luz , como en Sun Forest, donde el sol actúa como metáfora de ese otro mundo al que quiere llegar Cave para reunirse con su hijo, “a spiral of children climbs up to the sun”,  con pinceladas de sombras que ya no oscurecen tanto, pues la aceptación de la pérdida , a estas alturas del duelo, sólo puede significar la anhelada paz mental .

Puede que no estemos ante un disco que pueda gustar a los fanáticos del primer Cave, el más salvaje, el de From her to Eternity, The First Born is Dead y también el de Murder Ballads, o puede que incluso algunos se atrevan a tacharlo de continuista, por estar tan emparentado en forma y fondo a  Skeleton Tree . Ellos se lo pierden. Para mí Ghosteen es más que un disco, es la meta a la que de forma natural debía llegar el genio australiano al completar la trilogía inciada con Push The Sky Away, es un tratado maravilloso sobre la pérdida, el dolor, la muerte y el amor. Exige predisposición y escucha atenta, algo que en los tiempos que corren es pedir demasiado para algunos, pero vale la pena acompañar a Nick hasta el final, ofrecerle nuestro hombro, él lo merece. Se lo debemos. Y le agradecemos que cuente con nosotros.

“And everyone has a heart and it's calling for something
We're all so sick and tired of seeing things as they are
Horses are just horses and their manes aren't full of fire
The fields are just fields, and there ain't no Lord
And everyone is hidden, and everyone is cruel
And there's no shortage of tyrants, and no shortage of fools
And the little white shape dancing at the end of the hall
Is just a wish that time can't dissolve at all..:”

Os dejamos tres enlaces con algunas de las canciones que hemos nombrado;