lunes, 6 de julio de 2020

Nacho Vegas. Cajas de música difíciles de parar. Ahondar en la herida.



Corría el año 2001 y un tal Nacho Vegas sorprendió a propios y extraños con uno de los discos más crudos y personales que se recuerdan: "Actos Inexplicables". Publicado por Limbo Starr, el músico asturiano se desmarcaba de lo que por aquel entonces se conocía como “moderno” en los círculos del incipiente indie español para abrirse en canal y destriparse en público. Ejercicio kamikace , que no era lo que se llevaba por aquel entonces precisamente, plagado de conflictos personales y familiares, drogas y excesos de por medio,  impregnaron su sombra de  una innegable aura de malditismo. Y entonces, en vez de recular, llegó 2003 y con él su segunda entrega: "Cajas de Música Difíciles de Parar". El salto fue mortal, la apuesta, a doble o nada: 20 canciones que ahondaban, aún más si cabe, en todos esos conflictos personales, sí, pero que parecían ponernos delante un sucio espejo,  mostrándonos una realidad algo distinta a la que queríamos ver.

Grabado y mezclado por Paco Loco en su estudio del Puerto de Santa María, el disco es un viaje emocional que descoloca en su primera escucha. "Noches Árticas", con coros de J Planetas incluidos, ya nos pone en preaviso: las casi dos horas siguientes van a ser intensas. Profundidad astral para empezar, este no parece ser el mismo autor coheniano de "El Ángel Simón" precisamente. Escribió Jesús Llorente que Nacho Vegas “es alguien capaz de cortarle las alas a un ángel para luego lamer sus heridas”, y es una definición que parece dar en el clavo al prestar atención a canciones tan punzantes como la desesperada "Sólo Viento" o la rescatada y revistada "Etcétera", con ese “nadie a quien amar es nadie a quien dañar”,  honestidad brutal, desarmante.  También "El Salitre", majestuosa, imparable, con esa cantábrica como telón de fondo que parece adueñarse del minutaje entero del disco, ahogándonos en ocasiones con tanta intensidad.

Para contrarrestarlo, Vegas nos da respiros con canciones en las que parece relajarse un poco en cuanto a textos se refiere, proponiendo juegos como "Tu Nuevo Humidificador" o "Por Culpa de la Humedad", que tampoco están exentos de mirada crítica o con historias adictivas como "Maldición" o  la de ese perdedor que dejan tirado en la acera.
Malditismo, intensidad, drogas (“buscadme ahí, en el jardín de la duermevela” canta sin tapujos) misantropía, todas las canciones llevan a lo mismo, si, pero quizá la característica más reconocible de Nacho, la que hace de él uno de nuestro mejores artistas,  la podamos encontrar cuando convergen en el mismo punto ironía y dolor. Porque, seamos claros, en este disco hay mucho dolor y está maravillosamente reflejado. Escuchad "En La Sed Mortal", no se me ocurre mejor ejemplo.
Vegas se desmarcó de la escena indie para volar en solitario y en su camino se dio de bruces con más preguntas que respuestas. Quizá se le cayeron las alas, pero lamió sus heridas con estas canciones. Y cimentó su leyenda.

Por Berto.

viernes, 20 de diciembre de 2019

GHOSTEEN, de Nick Cave and The Bad Seeds.


ESPERANDO EN EL PURGATORIO.

Por Berto.



Según la religión católica,  el purgatorio es un estado en el que las almas de los muertos purgan sus pecados  antes de alcanzar “la gloria”. O quizá la paz. La misma que le fue arrebatada a Nick Cave a raíz de la trágica y prematura muerte de su hijo Arthur en 2016. Una vez superada la correspondiente etapa de duelo sorpresivo plasmado en su estremecedor disco anterior , Skeleton Tree (2016), el músico australiano parece haber alcanzado con Ghosteen (2019) un nuevo nivel en su proceso de cicatrización, convirtiendo la labor creativa y su brillante resultado en una sanadora purga de esa alma , que para él está muerta; la que supone aceptar la pérdida tras la sorpresa y la rabia inicial.

Ghosteen no es un disco fácil. Tanto para oyentes iniciados en su música como para aquellos que no la conocen en profundidad una primera escucha puede resultar agotadora. Exige la total predisposición y empatía por parte del que decide acompañar a Cave en su desgarrador viaje al purgatorio. Y en parte es debido a su aparente sencillez instrumental. Las bases sobre la que se asienta la obra que nos ocupa carecen de músculo y como ya se intuía en Push The Sky Away y se acentuaba en la siguiente entrega , Skeleton Tree, se alejan cada vez más del rock convencional (si se puede encasillar como tal la obra anterior ) limitándose a largos desarrollos protagonizados por sentidos sintetizadores a cargo de Warren Ellis y los demás Seeds,  junto con ocasionales pinceladas de percusión de lo más minimalistas e incluso en ocasiones casi inexistentes, que acarician y protegen a la verdadera protagonista del disco; la voz.

 Y es que estamos hablando de la que posiblemente sea la mejor ejecución vocal grabada del australiano, alternando los sentidos graves ( escucha  Waiting For You e intenta no quebrarte) con sorprendentes falsetes que encogen el alma desde el primero de los cortes, Spinning Song , en la que implora que vuelva esa paz que le han arrebatado  “peace will come, peace will come in time, a time will come, a time will come for us..:” hasta  la que cierra el disco, Hollywood, una auténtica obra de arte en la que viajamos con el músico por las carreteras de la costa del Pacífico, hacia Malibú, en ese viaje final de aceptación, y que supone uno de los grandes hitos de toda su carrera artística. Es realmente sublime como Cave se sirve de una leyenda budista, la leyenda de Kisa y la semilla de mostaza, para mostrarnos en qué punto del duelo se encuentra. Cantada con ese desesperado falsete nos va desgranando la triste historia de Kisa, que afligida al encontrarse con su hija muerta, pide ayuda sin éxito a sus vecinos para acabar pidiendo consejo a un maestro buda. Este le indica que únicamente tiene que conseguir una semilla de mostaza de alguna casa, con la única condición que en la misma no haya muerto nunca nadie. Finalmente Kisa se da cuenta que la muerte es inevitable, pues no encuentra ningún hogar en la que no haya muerto algún ser querido, y finalmente ACEPTA la muerte de su hija;

“…She said everybody is always losing somebody
Then walked into the forest and buried her child
Everybody's losing someone
Everybody's losing someone
It's a long way to find peace of mind, peace of mind
It's a long way to find peace of mind, peace of mind

And I'm just waiting now, for my time to come
And I'm just waiting now, for peace to come, for peace to come…”





La ambientación de Ghosteen pues es etérea, atmosférica y sí, rotundamente celestial. Durante todo el recorrido se alternan momentos de luz , como en Sun Forest, donde el sol actúa como metáfora de ese otro mundo al que quiere llegar Cave para reunirse con su hijo, “a spiral of children climbs up to the sun”,  con pinceladas de sombras que ya no oscurecen tanto, pues la aceptación de la pérdida , a estas alturas del duelo, sólo puede significar la anhelada paz mental .

Puede que no estemos ante un disco que pueda gustar a los fanáticos del primer Cave, el más salvaje, el de From her to Eternity, The First Born is Dead y también el de Murder Ballads, o puede que incluso algunos se atrevan a tacharlo de continuista, por estar tan emparentado en forma y fondo a  Skeleton Tree . Ellos se lo pierden. Para mí Ghosteen es más que un disco, es la meta a la que de forma natural debía llegar el genio australiano al completar la trilogía inciada con Push The Sky Away, es un tratado maravilloso sobre la pérdida, el dolor, la muerte y el amor. Exige predisposición y escucha atenta, algo que en los tiempos que corren es pedir demasiado para algunos, pero vale la pena acompañar a Nick hasta el final, ofrecerle nuestro hombro, él lo merece. Se lo debemos. Y le agradecemos que cuente con nosotros.

“And everyone has a heart and it's calling for something
We're all so sick and tired of seeing things as they are
Horses are just horses and their manes aren't full of fire
The fields are just fields, and there ain't no Lord
And everyone is hidden, and everyone is cruel
And there's no shortage of tyrants, and no shortage of fools
And the little white shape dancing at the end of the hall
Is just a wish that time can't dissolve at all..:”

Os dejamos tres enlaces con algunas de las canciones que hemos nombrado;






lunes, 28 de mayo de 2018

Analizamos "The Mercy Seat", de Nick Cave


And I think my head is burning...

Por Edu.


“The Mercy Seat” trata sobre un preso en el Corredor de la Muerte que está a punto de ser ejecutado en la silla eléctrica. La canción nos sumerge en las últimas reflexiones y las últimas sensaciones del preso: como le incomoda cualquier objeto que ve,  el molesto ruido de las ruedas del carro donde le traen la cena, las paredes que nota como un aliento enfermo detrás de él, las sensaciones de calor y escalofríos, las apariciones de la cara de Jesús hasta en la sopa. Cave nos los explica todo magistralmente en primera persona, haciéndonos vivir la lógica agonía de un hombre enfrentado a su muerte.

La estructura de la canción es poco habitual incluso para un tema de rock alternativo. Consta de una parte narrada, sobretodo al principio, pero pronto se convierte en una serie de ocho versos que se van repitiendo obstinadamente con pequeñas variaciones conforme avanza la canción. Hasta un total de quince veces se repiten estos versos con los Bad Seeds creando un ambiente musical incómodo y tenso, sin tregua, que crece hasta que se lleva a cabo la ejecución y finaliza el tema.


Existen varios debates entorno a esta canción: si el preso es realmente culpable de haber cometido el asesinato por el que se le juzga, si siente algún tipo de culpa o arrepentimiento, si es cierto que no le teme a la muerte. Luego está la misteriosa frase al final del tema “Me temo que dije una mentira” sin que quede claro a que se refiere. Cave juega deliberadamente con frases ambiguas “soy casi totalmente inocente, ya sabes”. Para la moral puritana, que establece fronteras muy claras entre el bien y el mal, entre la verdad y la mentira, no puede existir alguien “casi totalmente inocente”. Pero para Nick Cave no tiene porque ser así, en el estribillo nos repite varias veces que está “cansado de todas estas mediciones de la verdad” entendiendo  la verdad como algo evaluable y no como un concepto binario de cierto o falso.

Como es habitual Cave nos obliga a leer entrelíneas, y aunque en algunas partes afirma su inocencia, sutilmente nos va revelando que ha cometido realmente el asesinato, por eso tiene una mano asesina con la palabra EVIL tatuada en los dedos.  Pero que haya cometido el delito para Cave no significa que sea culpable en un sentido más amplio. En el sentido de que no merezca seguir viviendo y se le tenga que aplicar el ojo por ojo, diente por diente, y mandarlo a la silla eléctrica a la que sarcásticamente llama “Mercy Seat”, o Silla de la Piedad si lo traducimos literalmente.

El “Mercy Seat” original está descrito en la Biblia como la cubierta del Arca de la Alianza y es el lugar que elige Dios para mostrarse y dar a conocer su voluntad (Éxodo 25:17). Aunque Dios es omnipresente, de manera particular se presenta ante su pueblo desde este trono. En castellano aparece en las escrituras traducido como “propiciatorio”, ya que es el lugar desde donde Dios es propicio o favorable, aunque para eso se requiere de acciones agradables a Dios, que lo muevan a la misericordia o para aplacar su justicia divina. Estas acciones las realizaba el Sumo Sacerdote durante el Día de la Expiación y consistían básicamente en esparcir sobre dicho trono la sangre de animales sacrificados siguiendo una serie de ritos bien establecidos (Levítico, 16). la Ley, materializada en las tablas que estaban en el Arca, reclamaba muerte por el pecado; era necesaria la sangre, como símbolo de muerte, para satisfacer las demandas de la justicia divina.  Lo que simboliza que solamente a través de la ofrenda de sangre se puede quitar la condena.



Comparar una silla eléctrica con el sagrado “Mercy Seat” es obviamente una provocación, incluso una blasfemia, pero en definitiva para Nick Cave no hay tanta diferencia entre la una y la otra aparte que “la del cielo está hecha de oro y la de aquí abajo de madera y alambres”. Se puede decir que del mismo modo que en el Antiguo Testamento, la justicia sigue reclamando el sacrificio para cubrir el pecado. En otra comparación irreverente, también propone cierta similitud entre Jesús y el preso, dos condenados a muerte por no encajar en la sociedad.

“The Mercy Seat” es una canción que ha ido evolucionando desde que apareció en el álbum “Tender Prey” hace ya 30 años! Posiblemente sea el tema que más veces han tocado en directo Nick Cave and the Bad Seeds. Vale la pena escuchar esta evolución y como se va matizando su significado en sus diferentes versiones, tanto las del propio Nick Cave, como en versiones de otros autores como la del mismísimo Johnny Cash.

Aquí tienes la letra (original + traducción) para que juzgues por ti mismo;

It  began when they come took me from my home
And put me in Death Row,
of which I am nearly wholly innocent you know.
And I’ll say it again
I… am…not… afraid…to…die.

I began to warm and chill
To objects and their fields,
A ragged cup, a twisted mop
The face of Jesus in my soup
Those sinister dinner deals
The meal trolley's wicked wheels
A hooked bone rising from my food
All things either good or ungood.


And the mercy seat is waiting
And I think my head is burning
And in a way I'm yearning
To be done with all this weighing of the truth.
An eye for an eye
And a tooth for a tooth
And anyway I told the truth
And I'm not afraid to die.


Interpret signs and catalogue
A blackened tooth, a scarlet frog
The walls are bad, black, bottom kind
They are the sick breath at my hind
They are the sick breath gathering at my hind


I hear stories from the chamber
Christ was born into a manger
And like some ragged stranger
He died upon the cross
And might I say it seems so fitting in it's way
He was a carpenter by trade
Or at least that's what I'm told

My good hand
Tatooed E.V.I.L. across it's brother's fist
That filthy five! They did nothing to challenge or resist.


In Heaven His throne is made of gold
The ark of his Testament is stowed
A throne from which I'm told
All history does unfold.
Down here It's made of wood and wire
And my body is on fire
And God is never far away.

Into the mercy seat I climb
My head is shaved, my head is wired
And like a moth that tries
To enter the bright eye
I go shuffling out of life
Just to hide in death awhile
And anyway I never lied.

My kill-hand is called E.V.I.L.
Wears a wedding band that’s G.O.O.D.
‘Tis a long-suffering shackle
Collaring all that rebel blood


And the mercy seat is waiting
And I think my head is burning
And in a way I'm yearning
To be done with all this measuring of the truth.
An eye for an eye
And a tooth for a tooth
And anyway I told the truth
And I'm not afraid to die

And the mercy seat is burning
And I think my head is glowing
And in a way I'm hopin'
To be done with all this weighing up of the truth.
An eye for an eye
And a tooth for a tooth
And I’ve got nothing left to lose
And I’m not afraid to die


And the mercy seat is glowing
And I think my head is smoking
And in a way I'm hopin'
To be done with all these looks of disbelief.
A life for a life
And a truth for a truth
And anyway there was no proof
Nor a motive why

And the mercy seat is smoking
And I think my head is melting
And in a way that's helpin'
To be done with all this twistin' of the truth
An eye for an eye
And a tooth for a tooth
And I’ve got nothing left to lose
And I'm not afraid to die.

And the mercy seat is melting
And I think my blood is boiling
And in a way I'm spoiling
All the fun with all this truth and consequence
An eye for an eye
And a tooth for a tooth
And anyway I told the truth
And I'm not afraid to die

And the mercy seat is waiting
And I think my head is burning
And in a way I'm yearning
To be done with all this measuring of the truth.
An life for a life
And a truth for a truth
And anyway there was no proof
And I'm not afraid to tell a lie

And the mercy seat is waiting
And I think my head is burning
And in a way I'm yearning
To be done with all this measuring of the truth.
An eye for an eye
And a tooth for a tooth
And anyway I told the truth
But I’m afraid a told a lie

______________________

Todo comenzó cuando me sacaron de mi casa 
Y me metieron en el Corredor de la Muerte,
De lo que soy casi totalmente inocente, ya sabes.
Y lo diré otra vez
No… tengo… miedo…a…morir.

Empecé a sentir calor y escalofríos
a los objetos y su entorno,
Una copa desgastada, una fregona torcida
El rostro de Jesús en mi sopa 

Esas ofertas de cena siniestra
Las chirriantes ruedas del carro de comida
Un hueso con forma de gancho que sobresale de la comida
Todas las cosas buenas o no buenas.

Y el trono de la piedad está esperando 

Y creo que mi cabeza está ardiendo 
Y en cierto modo anhelo
terminar con todas estas evaluaciones de la verdad.
Ojo por ojo
Y diente por diente
Y de todos modos dije la verdad
Y no tengo miedo a morir.

Interpreto signos y enumeraciones
Un diente ennegrecido, una  niebla escarlata
Las paredes son malas, negras y de baja calidad.
Son el aliento enfermizo detrás de mi
Son el aliento enfermizo que se congrega detrás de mi.

Escucho historias desde mi cámara
Jesús nació en un pesebre
Y como un extraño desaliñado
Murió en la cruz
Podría decir, que parece tan apropiado
Él era carpintero de oficio 

O al menos eso es lo que me han dicho

Mi mano buena tatuó M.A.L. a lo largo de su puño hermano
Estos sucios cinco! No hicieron nada para desafiar o resistir.


En el cielo su trono es de oro
El arca de su testamento está escondido
Un trono del que dicen
toda la historia se despliega.
Aquí abajo está hecho de madera y alambre 

Y mi cuerpo está en llamas 
Y Dios nunca está lejos.

En el trono de la piedad me subo
Mi cabeza está rapada, mi cabeza está conectada
Y como una polilla que intenta
entrar en el ojo brillante
Voy arrastrando los pies fuera de la vida
Sólo para ocultar la muerte por un rato
Y de todos modos nunca he mentido.

Mi mano de matar se llama M.A.L.
Lleva un anillo de compromiso y eso es B.U.E.N.O.
Este grillete de largo sufrimiento es
Un collar de toda esa sangre rebelde.

Y el trono de la piedad está esperando 
Y creo que mi cabeza está ardiendo
Y en cierto modo estoy anhelando
acabar con todas estas mediciones de la verdad.
Ojo por ojo
Y diente por diente
Y de todos modos dije la verdad
Y no le tengo miedo a morir

Y el trono de la piedad está en llamas
Y creo que mi cabeza resplandece
Y en cierto modo estoy anhelando
acabar con toda esta evaluación de la verdad.
Ojo por ojo
Y diente por diente
Y no tengo nada que perder

y no tengo miedo a morir

Y el trono de la piedad resplandece
Y creo que mi cabeza saca humo
Y en cierto modo espero acabar con todas esas miradas de desconfianza.
Una vida por una vida
Y una verdad por una verdad
Y de todos modos no había pruebas
Ni un motivo.

Y la silla de la piedad echa humo
Y creo que mi cabeza se derrite
Y de algún modo me está ayudando
a acabar con toda esta distorsión de la verdad
Ojo por ojo
Y diente por diente
Y no tengo nada que perder
Y no le temo a morir.

Y el trono de la piedad se derrite
Y creo que mi sangre hierve
Y de algún modo estoy estropeando
La diversión sobre la verdad y sus consecuencias
Ojo por Ojo
Y Diente por diente
Y de todos modos dije la verdad
Y no le temo a morir.

Y el trono de la piedad está esperando 
Y creo que mi cabeza está ardiendo
Y en cierto modo estoy anhelando
acabar con todas estas mediciones de la verdad.
Ojo por ojo
Y diente por diente
Y de todos modos no había pruebas
Y no le tengo miedo a mentir.


Y el trono de la piedad está esperando 
Y creo que mi cabeza está ardiendo
Y en cierto modo estoy anhelando
acabar con todas estas mediciones de la verdad.
Ojo por ojo
Y diente por diente
Y de todos modos dije la verdad
Pero me temo que dije una mentira.




martes, 3 de abril de 2018

MI DISCO FAVORITO DE...

ANDRÉS CALAMARO.

El Salmón.(2000)

 

La verdadera libertad. 

 

Los salmones nadan a contracorriente para regresar al lugar donde recuerdan haber sido desovados. Es decir, emprenden un viaje de regreso a su riachuelo natal. Andrés Calamaro completó un viaje parecido, quien sabe si buscando respuestas a base de formular más preguntas o quizá porque como los salmones, él también estaba programado, o destinado, a parir en circunstancias extremas. En este caso una descomunal obra musical; “El Salmón” (DRO, 2000)


Pero este disco no puede ser considerado solamente un puñado desproporcionado de canciones. Eso sería resumirlo mucho y despacharlo con demasiada rapidez. Siempre eclipsado por la obra cumbre del argentino, “Honestidad Brutal” (DRO, 1999), El Salmón es más que eso, significa mucho más: El Salmón es un estado, y en según qué momento una forma de vida. Peligrosa, en efecto, enfocada sólo y para la música, pero respetable como cualquier otra. Como explicaba Andrés en su momento: “Trabajando con “El salmón” pensaba que, formalmente incluso, de una forma terrible a la vez, cada día hacía cosas vulgares pero sencillas. Pero me daba igual, me gustaba, quería decir la verdad, es fundamental, forma parte de algo que ni siquiera es una canción. El sentimiento de verdad, la entrega, eso tiene que ser el punto de partida”. Por tanto hablamos de decir verdades, de buscar y rebuscar , de crear 24 horas al día. Y si no se dormía, pues no se dormía. Y lo mismo a la hora de comer. Y si no salía nada, se grababa una versión. La idea entonces era no parar nunca, ser músico noche y día. Está claro que entrega y verdad, pues, no se le puede negar.

Situémonos y hablemos primero de datos exactos: El Salmón consta de cuatro horas y cincuenta y un minutos de música, o lo que es lo mismo doscientos setenta y un minutos con diecisiete segundos, distribuidos en nada menos que ciento tres canciones,  a su vez repartidas en cinco CDs (también conocidos como “dedos”) de la siguiente manera: CD-dedo 1 (22 canciones, 59:41), CD-dedo 2 (19 canciones, 48:97),  CD-dedo 3 (20 canciones, 50:40), CD-dedo 4 (20 canciones, 57:36) y cerrando “la manito” el CD-dedo 5 (22 canciones, 55:03). Con semejante material se entiende que no se recomiende la escucha de una sentada, y no sólo por su duración, si no por su carácter independiente y contracorriente a consecuencia de la decisión que Calamaro tomó al priorizar totalmente la composición a la producción. Para empezar, con la portada, con esas letras que parecen escritas por un niño con el telesketch, y para seguir, por la sensación que queda en el oyente impaciente de obra inacabada, pues la mayoría de las canciones fueron grabadas en un cuatro pistas, algunas incluso quedaron reflejadas tal cual, sin ningún tipo de extra posterior. La idea artesanal y la voluntad de imprimir sinceridad a la creación queda pues doblemente expuesta. A esto habría que sumarle el carácter anárquico de cada uno de los CDs; y es que a pesar de que podríamos clasificarlo como disco de rock (un 50% de las 103 canciones se mueven entre el rock y el pop) también encontramos canciones Reggae o Funky (un 5% del total) y en menor medida otras más hip-hoperas o incluso rapeadas (4%). Sin embargo el espíritu salmoniano más auténtico lo encontramos en un 23% del total de las canciones, un grupo que podríamos denominar como “experimental” (La verdad es que no reconozco los géneros de “El salmón”, hay rock and roll y lo demás no pretende ser ningún género que yo escuche”) y que brilla por su espíritu más sincero, descarnado y anárquico. El 18% restante lo copan las versiones, de las cuales hablaremos más adelante.

Una de las características que hacen tan especial al Salmón es precisamente esta variedad, el poder pasar de escuchar un rock tan contundente y de guitarras tan poderosas como “Output- Input” (Canción 1, CD1), con esa primera frase que abre el disco y que es toda una declaración de intenciones; “mejor hijo de puta conocido, que boludo por conocer”, a una sentida versión del tango de Discépolo “Cafetín de Buenos Aires” (C10-CD1) o a una de las joyas experimentales de las que hablábamos, “Tu Pavada”(C20-CD1) compuesta con la inestimable ayuda de Marcelo “El Cuino” Scornick (1960), compositor argentino. La presencia de colaboradores es una constante, en especial la de este último, el cual firma junto a Andrés en un total de 12 canciones.
Si enfrentamos doce canciones a ciento tres pueden parecer pocas, pero si nos detenemos en ellas y en su proceso de creación nos damos cuenta que la mano derecha de Calamaro tiene mucho peso en las decisiones del argentino; “Durante un mes trabajé con Marcelo y a la vez yo preparaba la grabación y las armonías y él escribía. No tenía que hacer yo las dos cosas a la vez, si lo hago solo es más difícil. El proceso era que él escribía y yo preparaba una melodía. Marcelo escribía en la habitación de al lado, y cumpliendo su verdadero deber, hacía cada día la mejor letra de su vida. Yo estaba trabajando con mucho interés en la grabación, con el cuatro pistas, para registrar cualquier clase de idea musical que tuviera, y Marcelo escribía.” Y la impronta de Marcelo es gigante, su huella se hace presente a lo largo de todo el minutaje, con canciones que duelen por su verdad, sin paños calientes, vomitando ideas en un ejercicio a cuatro manos que imagino como el más auténtico de todos, aquel en el que dos artistas prenden fuego a su alma para llegar a la verdad primera, registrando letras como las de la canción que da título al disco, “El Salmón” (C2-CD1), “No te Bancaste” (C11-CD4), o la que antes nombrábamos, “Tu Pavada”, con pasajes realmente duros y desnudos;

“No me dejes nunca sin mi dosis de terror, no respiro
Si es humillación por favor no pares nunca
Mi único orgullo es saber que sos tan puta
Prohibido quejarme si yo fui tu creador
Soy como frankestein, pero no soy doctor
Soy como frankestein, pero no soy doctor
Soy un enfermo, el que más te enferma
Soy quien te enseño a pulirme con la lengua
Tengo amigos que respiran tu conducta indecente
Y te arrancaría la ropa con los dientes, con los dientes…”




Supongo que el no dormir y el consumo de ciertas sustancias para aguantar despierto es un cóctel peligroso pero a la vez poderoso, e hizo que las ansias de crear que buscaba Andrés derivaran en una ristra de temas en los que la inmolación y el sacrificio del alma en beneficio de la obra artística se erige en el eje temático del disco, y es en esas canciones donde encontramos el espíritu que más interesa de la obra, también el que más llega… Quizá por conocido, quizá por deseado, tal vez por lo bien expresado. En este sentido, y aquí entramos en otra de las ventajas del coloso, se pueden separar y crear varios “salmones temáticos”, siendo uno de los más llamativos ( y completos) el que habla de la soledad el artista con todas sus consecuencias. Sin duda es en este grupo donde podríamos incluir algunas de las mejores canciones, como “Mi Funeral 11”(C15-CD1), titulada así por ser la elegida para el disco, la número once, de un cd que Calamaro grabó con varias versiones de la misma letra, en la que bajo una base hip hop recita versos como puñales; “Miro a los otros que son como yo …mala vida. Si no se suicidaron ya fue por cobardía. Como quisiera ser tan diferente…, ¿qué habré recibido a cambio de ser un solitario del carajo?, ¿un buen trabajo?, ¿facilidad musical?,  ¿violencia intelectual?,¿fama?, ¿respeto?…no está mal. Pero la herida es mortal…”. O en  “El Camino Entero” (C16-CD2), donde con un hilo de voz susurra frases que ya adelantaban la gran enfermedad de nuestra época virtual; “estamos solísimos, pero (eso si) tenemos muchos amigos. Finalmente nadie va a recorrer conmigo el camino entero…”. Soledad, aislamiento, desesperanza y por supuesto, no podía faltar, la ruptura y la indisoluble e indispensable dosis de sufrimiento amatorio;

“Pero ese olor a carne quemada es mi corazón,
es mi corazón...
Hay que vivirlo para entender,
es como cantar y coserse la boca a la vez.
Todavía tengo marcada tu almohada,
a veces oigo voces tuyas que se quejan,
y ahora ¿quién se queja?
Es como quedarse desnudo bajo la lluvia hirviendo
y todos riéndose ¡¡ja ja ja!! de mí.
Es como cantar y coserse la boca a la vez.
Matame...y te espero en el cielo…”

Canta en este fragmento de “El Día D”(C8-CD3), una canción cargada de imágenes poderosas a ritmo de reggae,  tremenda pieza. Y es que empuñar por la hoja el cuchillo del pudor, al escribirlo y cantarlo, que es la verdadera terapia, puede llegar a apretar demasiado, quizá  lo suficiente como para cortarte en algunos de los temas, como cuando en “Empanadas de vigilia” (C1-CD4) canta aquello de “Tengo una porno, no sé si la pongo, la meto al horno, seré tu adorno. Te pido que te saques tu corpiño, me pongo en bolas solo con un guiño. Vas a lustrarme las botas con la boca , la verdad no sos tan cara como rara…”  Puedes ver como la sangre recorre los surcos de las manos.



Como no puede ser de otra forma teniendo en cuenta la duración del disco, también hay espacio para que algunos pequeños rayos de luz se filtren tímidamente, hay cabida para cierta esperanza donde sostenerse y no caer del todo , así como oasis donde poder respirar para poder volver a sumergirte en el Salmón. “Somos Feos” (C12-CD3), “Culo Sin Asiento” (C5-CD5) o “Mi Lobotomía” (C12-CD2) son algunos ejemplos de canciones fáciles de escuchar, de letra ligera y accesible,  que nos dan un respiro. Pero si nos ponemos más serios elegiría “Horizontes” (C20-CD4) como el mejor de los ejemplos en este campo. Una canción que puede pasar desapercibida en un primer momento o en una escucha apresurada pero que en realidad dice mucho más de lo que pueda parecer. No cabe duda que se trata de un ejemplo precioso de esa esperanza tan necesaria;

“Voy a buscar un horizonte
por las ventanas rotas.
Voy a buscarlo todos los días un poco...

Voy a buscar a mi horizonte.
Tal vez, no lo encuentre nunca.
Sé que el horizonte es la distancia
donde se pierde la mirada...

Soy un anciano sin reencarnaciones
para ir buscando horizontes.
Un horizonte es para mirar y olvidar
todos los males.
Entre los vidrios rotos
voy a seguir buscando...

Entre los días tristes
voy a seguir esperando
encontrar el horizonte...

Alrededor del final del paisaje
del final del mar, del final del campo
se puede ver al horizonte perfectamente bien.

Voy a buscar un horizonte
por las ventanas rotas
todos los días un poco...”


Antes hemos hablado de datos, y decía que aproximadamente un 18,4% de El Salmón lo forman las versiones. En total son 19 y como explicaba en su momento el propio Calamaro, mientras estaba enfrascado grabando, buscando, probando y en fin, creando, la idea era no parar. Por lo tanto, en los momentos en que no salía nada se dedicó a hacer versiones de algunos de sus temas favoritos. Queda claro su amor por los cuatro de Liverpool ya que cinco de ellas son de The Beatles, destacando “I Will” (C9-CD3), “Oh, Darling” (C16-CD4) y “Sexy Sadie” (C12-CD5), todas tratadas con sumo respeto, quizá demasiado (eso explicaría por qué no se atrevió con su adorado Dylan) . En general no aportan nada distinto a las originales, no creo que fuera en estos casos la intención. Sí tiene más intención , por ejemplo, “No Woman No Cry” (C14-CD4), el clásico de Vincent Ford que popularizó para la eternidad Bob Marley. En esta ocasión Calamaro no se corta un pelo y se desgañita bajo una base tecno noventera llevada al extremo a conciencia. Le da la vuelta en un divertimento que nos arranca una sonrisa y se agradece entre tanto sentimiento.  Destacan también “Malena” (C8-CD5) de Manzi y Demare, en clave de tango (canción que recuperaría más adelante en su disco “El Cantante”, de 2004) , la correctísima “Under my Thumb” (C8-CD4) de los Rolling y la intensa  “Cocaine” (C15-CD5) de JJ Cale. Oasis en el desierto, necesarios, que amplían la paleta de colores y la complementan, pero volvamos a la jungla:

“Insisto, la música es benigna, con ella la tristeza se convierte en algo bonito. Todas nuestras metas están en el dominical del periódico o en la televisión, y no teníamos bastante con una que ahora tenemos dos: Internet. Yo quiero escribir canciones y me da igual si es de día o si es de noche, intento alcanzar la verdadera libertad, e intento hacer mi trabajo para todos. También canciones comerciales, para vender, pero mejores, y letras mejores y más serias, son cosas que tiene que hacer un músico de mi edad, letras de verdad. A la vez me siento bien, puedo hacer cualquier cosa con la voz, incluso a veces prefiero estar afónico para grabar porque así pierdo el estilo, a veces me transformo en personajes y grabo discos enteros como si fuera el cantante de otro grupo.”

Evidentemente, también hay cabida en El Salmón para piezas más “comerciales” o “clásicas” (por llamarlas de alguna manera) y no por ello el nivel se ve afectado, al contrario, si la gente quería otra “Flaca”, Andrés responde con “Lorena” (C18-CD4), un hitazo en toda regla de autoría compartida con su mentor, Pappo, de estribillo cien por cien coreable que vuela directo al cerebro; “No te olvides de decirle si algún día pasas por la puerta de Lorena, que sigo vivo y nunca me olvidé de recordar.”

“…Tengo a Lorena en las venas
por la sangre se me metió.
Es como una droga cualquiera
es necesidad, es amor.
Bajo la luna camino
esquivando charcos, lagunas, ríos y mares.
Y no quiero volver a verte nunca triste, sola.
Lorena no es de aquellas que dan pena,
no dejes que tu ángel te abandone.
No existe el odio,
no existe el recuerdo.
Hoy es hoy, y siempre será hoy.
Pudimos alcanzar el infinito
perdido entre las manos de Lorena.
Queremos decirte que te vemos
en el sol, en la mesa, en el reflejo.
No dejes que tu ángel te abandone, Lorena,
es más fácil volar con él.”


Pappo también participa en la ya mencionada “Output-Input”(C1-CD1), y la preciosista “Me Fui Volando” (C18-CD1) y es el autor de “El Viejo” (C1-CD3) .

En este nuevo “salmón temático”, el del Calamaro que sus fans más clásicos podrían esperar,  se pueden añadir también la rockera “Días distintos” (C3-CD1), por supuesto “El Salmón” (C2-CD1),o canciones tipo “Chicas” (C19-CD1) “Jugando al Límite” (C2-CD2), “Valentina” (C20-CD5) o “Presos de Nuestra Libertad” (C19-CD4), todas por encima del notable y todas susceptibles de poder verse incluidas en cualquier otro disco del argentino. A parte de “Lorena”, la mejor en este ámbito, destacaría especialmente “Tuyo Siempre” (C3-CD1), sobre todo por la repercusión que tuvo cuando Andrés la cantó y grabó en el directo y la incluyó en “El Regreso” (2005). Letra fácil, ritmo pegadizo apoyado por La Bersuit, hit imparable.

Podría seguir escribiendo sobre todas estas canciones, tirando del hilo es imposible detenerse y a veces es difícil ponerle fin a las cosas que nos llenan. El Salmón es un estado, ya lo he dicho, y entrar en él puede ser peligroso si no te acercas de la manera adecuada, hay que saber parar y tienes que saber salir, desmarcarte, contemplarlo desde fuera. Si no lo haces, puedes llegar a obsesionarte. Debes estar preparado para nadar a contracorriente. Incluso a veces debería estar prohibida su escucha a según qué persona aquejada de según qué estado del alma. Puedo reconocerte que en algunas de sus canciones tienes que ser muy fan del modo de hacer “calamarista” para estar de acuerdo conmigo, puedo ceder también si me dices que alguna versión es mejorable y puedo permitirte que hables de Honestidad Brutal como la obra maestra del argentino, la que mira a sus hermanas por encima del hombro; no hay problema. Pero lo que no te permitiré nunca, bajo ningún concepto, es que me digas que El Salmón es impostado. Puedo partirte la boca si me escupes que el Salmón es desmedido, o que es grandilocuente. Puedo dejar de hablarte para siempre si no reconoces la verdad que hay en él, el ARTE en mayúsculas que supone crear algo desde las entrañas, con el corazón, con todo el puto cuerpo, aunque lo dejes magullado y lleno de heridas. Porque cuando alguien escribe una canción como “Expulsado Del Paraíso” (C5-CD4) es imposible que esté fingiendo. Cuando alguien elige crear y se deja la vida en ello, arrasando con todo, incluido él mismo, sólo podrá tener mi respeto para siempre.

“…Ya me reduje a mi forma mínima.
Ya soy piel y huesos y sesos y corazón,
de tanto pedir perdón.
una herida que sangra en un charco de sangre,
de saliva y sangre,
ahora que soy la más mínima expresión
te muestro mi última canción
de mi re-selección
de canciones entre montones.

Recuerdo una noche en el taxi por Colón,
y lo que me decía una ex old lady:

te vas a quedar solo…”


“Después de cien días de trabajar con “El salmón” grababa un montón de horas de música. Pero con el salmón por detrás y el río por delante tenía toda la corriente a favor, la diplomacia del salmón me abrió mucho camino. Las cosas es imposible saber a dónde podrían haber llegado, “El salmón” no es un plan, el salmón va y hace no sé qué mierda con sus huevos hacia arriba, en el camino se mueren la mayoría, es también una metáfora yonqui. Mueren la mayoría y los que quedan vivos los comemos, los ahumamos. El río es el que está equivocado.”  
Andrés Calamaro. Efe Eme. 3 de mayo de 2011


Por Berto.