Podíamos hacernos los remolones pero tarde o temprano llegaríamos hasta aquí. Parada obligatoria. Todos los caminos conducen a Quique Gonzalez. Si hablamos de cantautores actuales, si hablamos de poetas trovadores, elijamos el camino que elijamos acabaremos llegando a los versos de Quique. Sin lugar a dudas estamos ante el encargado de portar la antorcha de la canción de autor de nuestro páis, el sucesor de nuestros escritores de canciones más clásicos, léase Joaquín Sabina, Antonio Vega o Enrique Urquijo, todos ellos grandes referentes a nivel nacional de nuestro protagonista.
La carrera de Quique Gonzalez siempre ha andado a medio camino entre el mainstream y el indie, o mejor dicho, no ha pertenecido a ninguna corriente, ya que no está dentro de los indies ni está dentro de la música comercial, él siempre ha cabalgado libre, lejos de cualquier etiqueta.
Quique siempre dice que en sus canciones la letra es, siempre al menos, el 50% de la canción, poniendo de releve la importancia del texto en sus composiciones, siguiendo así la estela de sus grandes ídolos, que si ya los hemos señalado a nivel nacional, a nivel internacional no son otros que Bob Dylan, Neil Young o Johnny Cash.
Sus letras, y esta canción es un claro ejemplo, recoge dos grandes influencias, por un lado el lado urbanita de Sabina y por otro ese sabor tan mediterráneo de poetas nuestros como Serrat o Alberti, y entre medio de unos y otros uno de sus grandes maestros: Luis García Montero.
"Salitre" está dentro de su disco "Salitre 48" del 2001, para mí su mejor disco, aunque eso es mucho decir, pero aquí está condensado su canción de autor más castiza (y aún no tan americana) y sus textos más poéticos.
"Salitre" tiene ese aire evocador del amor perdido en el que nos refugiamos una vez que acecha el frío, ese mirar atrás una vez que la batalla está perdida y el amor ya está lejos, muy lejos.
Quique Gonzalez y una de sus canciones más emblemáticas.
Te acariciaba el viento de poniente
Te llevó a la arena bañada en salitre
Te acariciaba un marinero en tierra
pero esta vez no era yo.
Te conocí en Conil de la Frontera
Nunca es primavera donde tú creciste
Sigues teniendo carita de pena
pero no me mires con tus ojos tristes.
Bañada en salitre
flota en la memoria de los días grises
Fumo en la ventana
veo tu silueta sobre el arrecife.
Algunas flores crecen en las dunas
sube la marea y se hacen invisibles
Algunas duermen a la luz de la luna
persiguiendo sueños imposibles.
Bañada en salitre
flota en la memoria de los días grises
Fumo en la ventana
veo tu silueta sobre el arrecife.
Y ahora tendré que salir a buscarme
alguien que me arranque de cuajo la pena
De alguna manera tendré que olvidarte
tengo que olvidarte de alguna manera
Por Caarte.
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