Antonio Muñoz Molina (Úbeda, 1956) es sin lugar a dudas uno de los grandes de la literatura actual española, autor de numerosas novelas ocupa la letra U en la Real Academia de la Lengua desde el año 1995.
Su última novela es “La noche de los tiempos” la cuál es su obra más monumental, un libro de casi 1000 páginas ambientada en el último año de la 2º República y en los primeros meses de le guerra civil española.
Cuando comencé a leer la novela, esas primeras veinte páginas, supe desde el primer momento que tenía entre mis manos un auténtico regalo, una obra que me iba a hacer disfrutar de lo lindo; una excelsa prosa, una narración de perfil psicológico rica en detalles donde el argumento avanza lento y la ambientación en un periodo de España que da para mucho fueron los culpables de que me frotara las manos desde el primer momento.
Muñoz Molina juega de manera magistral con los saltos en el tiempo, Ignacio Abel el protagonista de la novela está terminando su angustioso y fatigoso viaje de exiliado a Estados Unidos en un tren cualquiera cuando empieza a echar la vista atrás y rememorar su último año de vida donde muchas cosas han pasado aunque principalmente dos: la aparición de un amor que derriba los muros de su yerma vida sentimental y el estallido en forma de guerra civil de una sociedad llena de odios y diferencias. Los saltos temporales en vez de mostrarse liosos y molestos como sucede en otras novelas aquí logran un efecto magistral, llenan el libro de un dinamismo que consigue abordar la historia de los personajes desde todos los puntos de vista, tanto vitales como psicológicos; Y es que Muñoz Molina consigue contar la vida de Ignacio Abel con gran maestría, el lector acaba conociendo íntimamente al personaje, sus humildes orígenes, su exitosa carrera profesional como arquitecto, su gris matrimonio carente de pasión, su marcada ideología política no carente de un carácter débil, cobarde y de antihéroe, la relación con la familia de su esposa tan lejana a él, y el comportamiento de un personaje tan seco ante la disyuntiva que le ofrece la vida: una americana bastante más joven que él que le despierta su ya olvidado lado amoroso y pasional. Todo ello nos es contado con una genial destreza, introduciéndonos en la mente de Ignacio Abel y mostrándonos todas sus inquietudes y pensamientos más íntimos.
El manojo de personajes que residen en la novela es de gran credibilidad, todos ellos son catalogados por su ideología política que en el año 1935 en España era lo más importante que tenía cada persona, o se era de un bando o del otro. Algunos de estos protagonistas son personajes históricos reales por lo que el libro aparte de su carácter novelesco tiene una importante y muy interesante versión histórica donde podemos comprobar el horror que debió ser vivir en España en aquella época, la condición humana mostrando su peor cara, la violencia gratuita, los ideales exacerbados, el fin siempre justificando los medios, las traiciones mas ruines, en definitiva dos maneras de pensar distintas en un mismo país queriendo la una destruir la otra sin ningún tipo de piedad.
La voz narradora salta de una enigmática primera persona que sabe todo de los personajes y que se sitúa en la actualidad a la voz del protagonista Ignacio Abel en los años convulsos de la guerra civil, ello sin hacer al lector ningún tipo de incomodidad ya que ambos narradores se centran en el desarrollo de la historia con un mismo perfil y la misma finalidad.
Aunque la documentación histórica tenga mucho peso en la novela, esta no deja de ser una historia de amor donde el autor se recrea y detalla con gran éxito todos los pequeños matices que florecen en la mente de los enamorados en la primer etapa de una relación, gestos, conversaciones, elección de palabras determinadas al hablar, sentimiento de celos, miedo a la pérdida, despecho, pasión sexual, etc. Esto mismo, es decir, el amor, es quien pone el punto final al libro, regalándole el autor el broche final por encima de la vertiente histórica de la novela.
Muñoz Molina, uno de nuestros mejores escritores de la actualidad sin lugar a dudas y “La noche de los tiempos” una de sus mejores novelas, que debido a su carácter monumental podría llegar a convertirse con el paso del tiempo en una de las grandes novelas en castellano de nuestro tiempo.
Por Caarte.
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