Una Nueva Visión de una Autobiografía.
El Nobel sudafricano abre nuevos
caminos literarios con Verano, que
supone la tercera parte de su autobiografía
ficticia junto a Escenas de
una Vida de Provincias e Infancia y Juventud. Fue nombrada novela
del año de 2010 por Babelia, suplemento sobre literatura de El País.
Es una novela ingeniosa y Coetzee se muestra juguetón y creativo en el
estilo y en la idea de lo que una nueva visión de una autobiografía puede ser. Imagina que está muerto y que un
biógrafo está tratando de reconstruir cómo era su vida en la época en la que
escribió sus dos primeros libros, Tierras
de Poniente y En Medio de Ninguna Parte,
entre 1971 y 1977. El biógrafo tiene que trabajar con sólo unos fragmentos de
memorias; algunos quizá no son fiables y con toda seguridad subjetivos, de modo
que parte en busca de personas que conocieron a Coetzee en aquellos años y les
entrevista.
De esta manera camufla una
autobiografía donde repasa su vida en los años setenta a través de unos pocos
hechos cruciales. Se describe en boca de estas personas (especialmente las
mujeres, que se postulan implacables con él) como alguien conmovedor, torpe y
solitario, incluso huraño. Viviendo en la pobreza con su padre, hace elogio de
la vida simple y del trabajo manual. Se presenta como un bohemio y con una
visión romántica de la decadencia. Y a ojos de las mujeres de la novela como un
mal amante, casi asexual y sin virilidad ni pasión.
También cobra especial importancia el
lugar donde se sitúa el relato. Sudáfrica, en la región solitaria e inhóspita
de Karoo, y por otro lado en Ciudad del
Cabo. Coetzee se muestra muy crítico con el apartheid, con el racismo y las
grandes diferencias entre las clases sociales en el país africano.
A vueltas de nuevo con el tema la
identidad. ¿Quiénes somos realmente? Decía Vila-Matas en uno de sus libros que
por más que se empeñase en ser otra persona, a ojos de los demás acababa siempre
siendo percibido como la misma persona. Él quería ser como Hemingway, pero no
había manera, sus cercanos le veían no como él quería sino como realmente era.
Y es que no somos más que la percepción del otro. Partiendo de esta idea Coetzee
prefiere escribir su autobiografía desde la imagen que deja en el resto después
de muerto, siendo así quizás la más fidedigna posible. Y como Vila-Matas, John
Coetzee ama la mentira, el juego ficción-realidad, crea su muerte para visionar
su propia existencia desde allí. Como si de unas memorias desde la ultratumba
se tratasen.
Quizás se podría considerar un
ejercicio de exhibicionismo y cierta vanidad escribir una autobiografía, sin
embargo, nada más lejos de la realidad en este caso donde Coetzee nos desnuda
su interior sin paliativos. Ensalza sus flaquezas, sus frustraciones, su culpa,
su no saber estar en el mundo. Lo que da como resultado una novela emotiva,
sincera y profundamente honesta.
Por Ardemo.
Solo por este comentario creo que merece la pena leer el libro.
ResponderEliminarParece muy interesante.
Animo a los comentaristas!
Me apetece leer este libro...
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