David Bowie en su día dijo: “Los 80 son de Prince”, buena
carta de presentación para uno de los artistas más grandes de las últimas
décadas, porque si algo es Prince es eso, un artista en su máxima expresión de
la palabra, un músico multifacético que destaca en muchas variedades y
disciplinas. Me explico, Prince es de primeras un magnífico cantante con gran
variedad de registros, desde los más graves a los más agudos. Como showman
pocos se le acercan, no sólo por sus grandes puestas en escena sino por sus excelentes
dotes de bailarín. Como compositor que decir, desde su debut en 1978 ya acumula
cerca de 40 discos de estudio siendo los años 80 la época de mayor éxito
comercial, época en la que se convirtió un artista de masas y compitió con
Michael Jackson con el amarillo título de rey del pop, después y por mutuo
propio su carrera ha ido derivando hacia unos terrenos más independientes y de
culto, por el camino ha compuesto para otros y puede presumir de ser el autor
de los mayores éxitos en la carrera de cantantes como Sinead O´Connor (Nothing
compares 2 U) o The Bangles (Manic monday). Su eclecticismo es total y es
difícil encajarle en algún estilo particular, sus raíces vienen del soul y la
música negra, James Brown, Curtis Mayfield o Sly & the Family Stone se
encontraban entre sus influencias más tempranas pero a todo esto Prince le ha
añadido de todo a su particular estilo, pop, rock, r&b, jazz y funk, sobre
todo mucho funk. Y por último cómo músico, ahí ya podemos tirarnos a la piscina
y pedir que nos traigan a alguien tan completo y del mismo nivel como él,
productor, arreglista y multiinstrumentista, él se lo guisa y se lo come todo,
como prueba su debut “For You” donde con 20 añitos él se lo hizo todo y tocó
todos los instrumentos del disco, más de veinte.
Pero si hay algún instrumento en el que se le puede
considerar un maestro ese no es otro que la guitarra, y este artículo está para
alzar la figura de Prince como guitarrista. No suele aparecer en las listas de
mejores guitarristas aunque la razón es que como el genio de Minneápolis hace
tantas cosas no se le suele encasillar simplemente como guitarrista, es más, él
no suele abusar en sus discos de sus dotes como guitarrista sino que opta por
ir diseminando sus temas más rockeros y sus sólos de guitarra en pequeñas
dosis. Pero ahora voy a exponer porque podemos considerarle un guitarrista de
los grandes, y a los hechos me voy a remitir, es decir, a las canciones.
Como ya he apuntado en sus inicios su música era muy “negra”
aunque su debut “For You” de 1978 ya lo cerraba con la arrebatadora “I´m yours”
y su espectacular riff inicial.
En el siguiente trabajo de título homónimo (“Prince”) se
encuentra “Bambi” una canción que trata sobre las tendencias lésbicas de una
novia pero bajo la brutal guitarra del genio.
En 1984 alcanzó el éxito absoluto con “Purple Rain”, disco
en el que se encuentran algunos de sus éxitos más reconocibles, todos ellos con
gran protagonismo de la guitarra. Si en “Let´s go crazy” y “When doves cry” la
guitarra está muy presente de manera rabiosa y salvaje en “Purple rain” se
erige como absoluta protagonista en el épico cierre del tema, uno de los
momentos más álgidos de su carrera sin lugar a dudas.
Si “Purple Rain” es la cima de su carrera en cuanto a éxito
y alabanza social en “Sign O` The Times” (1987) escribe lo que para la crítica
es su obra maestra, un álbum doble con multitud de estilos, como siempre, donde
se encuentra “I could never take the place of your man”.
En el año 1995 saca a la luz “The Gold Experience”, un álbum que
en su día tuvo bastante repercusión en nuestro país que incluía unos cuantos
hits, entre ellos ese “Dolphin”, tema bastante desconocido que aparte de ser un
temazo pop-rock nos deja un gran solo de guitarra.
Justo a continuación de este “The Gold Experience” llegamos
a “Chaos And Disorder” el disco más rockero del genio de Minneápolis, altamente
recomendado para aquellos que quieren encontrar en Prince un disco de rock de
fácil asimilación y con gran protagonismo de la guitarra en muchos de sus cortes.
Uno de los mejores solos en la discografía de Prince lo
encontramos en “The holy river”, una auténtica obra maestra de 7 minutos,
incluida dentro del triple “Emancipation” (1996), donde el solo de guitarra
cierra el tema, algo muy habitual en el artista.
En esa época la carrera de Prince empieza a tomar cada vez
una vertiente menos comercial y cada vez toman más protagonismo las jam
sessions y trabajos de jazz funk, aún así la guitarra siempre está cerquita,
dispuesta a tomar el mando en cualquier canción donde se la requiera, un claro
ejemplo es este “The ride” dentro de su monumental trabajo de 1998 “The Crystal
Ball”, otro ábum triple.
Uno de los últimos discos editados de Prince es “Planet
Earth” de 2007 donde el pequeño genio por fin rinde homenaje a su compañera
inseparable en su tema “Guitar”. Aquí nuestro homenajeado en total señal de
amor y gratitud canta “I love you baby, but not like I love my guitar”. Está
todo dicho.
Prince un auténtico genio musical, uno de los grandes sin
lugar a dudas, y por supuesto, un grandísimo guitarrista, uno de los herederos
de Jimi Hendrix.
Por Caarte.
Por Caarte.
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