Ahora lo recuerdo, nos estábamos adentrando en la “straight photography”, movimiento fotográfico que se opone al pictoralismo reivindicando realismo y nitidez. Éste surgió en una época para nada eludible, el período de entreguerras. Lo ideal, imaginario y seductor parecía sarcasmo en un momento tan duro como el que se vivía en estos días.
Entonces, ¿cómo olvidé un nombre tan importante como es el de Edward Weston? Y es que pensando en este fotógrafo, a uno le vienen a la mente bodegones de caracoles de mar exquisitamente iluminados, paisajes paradisiacos de gran nitidez... ¿cómo el autor de estas imágenes tan perfectas puede emmarcarse en el movimiento del “straight fotography”? Pues precisamente porqué mostraba cada elemento, escena y modelo tal y como era, respetando su esencia. El caracol resplandecía y prendía vida, el paisaje gozaba de la máxima profundidad de campo para presentarlo con todo detalle...
He aquí cuando aparece mi imagen, la de una mujer desnuda flotando en un estanque. Siendo una fotografia que se aleja de la estética de Edward Weston, a mi parecer el autor sigue fiel al movimiento “straight photography” dada su capacidad de captar las entrañas de lo fotografiado: una persona. La grandeza de esta imagen gravita en las piernas de ella, las piernas que se arriman al borde del lago quedando el resto del cuerpo a la deriva, pues es así cómo el fotógrafo consigue transmitir el abismo, la ansiedad. Éste sentimiento tan difícil de definir y aún más de captar en una imagen, él, consigue representarlo con una fotografia que conmueve a toda persona que la observa. “Foating Nude” no deja indiferente a nadie. Remueve nuestro interior, nuestros miedos y nos encara a la más cruel soledad. Sólo nos salva un débil contacto con la sociedad, estas piernas que están a punto de hundirse bajo el agua. Se puede decir, pues, que Weston, fiel a su movimiento, captó la esencia de las personas.
Por Nona Codina (Colaboración)
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