lunes, 26 de diciembre de 2011

Héroes

Un Viaje a la Infancia.

     Héroes (Herois, 2009) es una de esas películas que sin grandes pretensiones llega donde la mayoría de artistas quieren llegar, a lo más profundo del ser humano, a ese lugar dentro de nosotros donde la risa y la lagrima se unen, donde los sentimientos afloran, en aquel lugar donde nacen las ganas de vivir, de revivir. Para ello parte de la época cuando todos somos naturales y puros, en la que aún no hemos perdido la ingenuidad e inocencia, donde se forjan las cosas realmente importantes de la vida: la amistad, los veranos de vacaciones, la idealización del primer amor, los sueños al fin y al cabo. Esto es, la infancia. Alli donde todos queremos volver de una manera u otra. “Forever Young” como bien canta la banda sonora del largometraje.

     Ambientada en los años ochenta rememora con una feliz nostalgia unas vacaciones familiares en un pueblo de la costa catalana. Todo era una aventura, carreras de bicis, robar en la tienda del pueblo, obtener el primer beso.

     Un Pau Freixas sobre guión de Albert Espinosa tocado por la inspiración, dotado de una memoria emocional notable y rememorando su infancia mezclada con las películas que más le influyeron. Se aprecia una fuerte influencia de films americanos como “ET” (1982) de Spielberg, “Los Goonies” (1985) de Richard Donner o “Cuenta Conmigo” (1986) de Rob Reiner, y como no de la serie española “Verano Azul” de Antonio Mercero.

     Quizás abusa del melodrama en ciertos tramos, de los gestos de afecto, quizás sobra cierta rimbombancia en el uso de la música. Ofreciendo unos tintes de épica y grandilocuencia cuando la cinta es humilde y sincera y ahí es donde encuentra su grandeza. En efecto, el director establece más conexión con el espectador en los momentos más sencillos, sin efectos, en la simplicidad de los gestos de unos actores infantiles en estado de gracia, en especial la pareja Ferran Rull y Mireia Vilapuig. Aparte vamos a obviar algunos errores garrafales de guión, como la edad igual de los protagonistas en la época actual, o que un pueblo de playa sea inundado por un pantano.

     En resumen, una cinta entrañable, entretenida y emotiva, que te saca la lágrima y al segundo siguiente una sonrisa, que despierta ternura en el espectador. Una película que sin aportar nada nuevo al cine de pandillas de los años ochenta emociona y cumple con su objetivo.

Que sigáis viviendo la vida como una aventura y cada día encontréis momentos mágicos.

por Ardemo.

Ficha artística:

Año: 2009
Dirección: Pau Freixas
Guión: Pau Freixas y Albert Espinosa
Reparto: Eva Santolaria, Alex Brendemühl, Lluis Homar, Emma Suarez, Mireia Vilapuig.
Duración: 95 minutos
Nacionalidad: España

viernes, 23 de diciembre de 2011

La noche de los tiempos, la gran novela de Muñoz Molina.

Antonio Muñoz Molina (Úbeda, 1956) es sin lugar a dudas uno de los grandes de la literatura actual española, autor de numerosas novelas ocupa la letra U en la Real Academia de la Lengua desde el año 1995.

Su última novela es “La noche de los tiempos” la cuál es su obra más monumental, un libro de casi 1000 páginas ambientada en el último año de la 2º República y en los primeros meses de le guerra civil española.

Cuando comencé a leer la novela, esas primeras veinte páginas, supe desde el primer momento que tenía entre mis manos un auténtico regalo, una obra que me iba a hacer disfrutar de lo lindo; una excelsa prosa, una narración de perfil psicológico rica en detalles donde el argumento avanza lento y la ambientación en un periodo de España que da para mucho fueron los culpables de que me frotara las manos desde el primer momento.

Muñoz Molina juega de manera magistral con los saltos en el tiempo, Ignacio Abel el protagonista de la novela está terminando su angustioso y fatigoso viaje de exiliado a Estados Unidos en un tren cualquiera cuando empieza a echar la vista atrás y rememorar su último año de vida donde muchas cosas han pasado aunque principalmente dos: la aparición de un amor que derriba los muros de su yerma vida sentimental y el estallido en forma de guerra civil de una sociedad llena de odios y diferencias. Los saltos temporales en vez de mostrarse liosos y molestos como sucede en otras novelas aquí logran un efecto magistral, llenan el libro de un dinamismo que consigue abordar la historia de los personajes desde todos los puntos de vista, tanto vitales como psicológicos; Y es que Muñoz Molina consigue contar la vida de Ignacio Abel con gran maestría, el lector acaba conociendo íntimamente al personaje, sus humildes orígenes, su exitosa carrera profesional como arquitecto, su gris matrimonio carente de pasión, su marcada ideología política no carente de un carácter débil, cobarde y de antihéroe, la relación con la familia de su esposa tan lejana a él, y el comportamiento de un personaje tan seco ante la disyuntiva que le ofrece la vida: una americana bastante más joven que él que le despierta su ya olvidado lado amoroso y pasional. Todo ello nos es contado con una genial destreza, introduciéndonos en la mente de Ignacio Abel y mostrándonos todas sus inquietudes y pensamientos más íntimos.

El manojo de personajes que residen en la novela es de gran credibilidad, todos ellos son catalogados por su ideología política que en el año 1935 en España era lo más importante que tenía cada persona, o se era de un bando o del otro. Algunos de estos protagonistas son personajes históricos reales por lo que el libro aparte de su carácter novelesco tiene una importante y muy interesante versión histórica donde podemos comprobar el horror que debió ser vivir en España en aquella época, la condición humana mostrando su peor cara, la violencia gratuita, los ideales exacerbados, el fin siempre justificando los medios, las traiciones mas ruines, en definitiva dos maneras de pensar distintas en un mismo país queriendo la una destruir la otra sin ningún tipo de piedad.

La voz narradora salta de una enigmática primera persona que sabe todo de los personajes y que se sitúa en la actualidad a la voz del protagonista Ignacio Abel en los años convulsos de la guerra civil, ello sin hacer al lector ningún tipo de incomodidad ya que ambos narradores se centran en el desarrollo de la historia con un mismo perfil y la misma finalidad.

Aunque la documentación histórica tenga mucho peso en la novela, esta no deja de ser una historia de amor donde el autor se recrea y detalla con gran éxito todos los pequeños matices que florecen en la mente de los enamorados en la primer etapa de una relación, gestos, conversaciones, elección de palabras determinadas al hablar, sentimiento de celos, miedo a la pérdida, despecho, pasión sexual, etc. Esto mismo, es decir, el amor, es quien pone el punto final al libro, regalándole el autor el broche final por encima de la vertiente histórica de la novela.

Muñoz Molina, uno de nuestros mejores escritores de la actualidad sin lugar a dudas y “La noche de los tiempos” una de sus mejores novelas, que debido a su carácter monumental podría llegar a convertirse con el paso del tiempo en una de las grandes novelas en castellano de nuestro tiempo.


Por Caarte.

sábado, 17 de diciembre de 2011

The Pacific, la serie.

Esta serie se podría considerar como la continuación de Band of Brothers, una vez más Tom Hanks Y Steven Spielberg coproducen el proyecto que esta vez nos sitúa en la 2º guerra mundial una vez más pero no en suelo europeo sino en la lucha que mantuvieron los americanos contra los japoneses.

Los personajes son reales una vez más y la serie está basada en las memorias de Robert Leckie “Helmet for my pillow” y de Eugene Sledge “With the old breed”, es digno de resaltar también que uno de los escritores de la serie es Hugo Ambrose, hijo de Stephen Ambrose, autor del libro “Band of brothers” origen de la serie homónima.

Band of Brothers ya nos había mostrado la guerra tal y como es, sin tapujos y con toda su crudeza, pero The Pacific va más allá, alcanzando unas cotas de realismo hasta ahora no vistas. Cuando uno ve cualquiera de los 10 capítulos de los que consta la serie le entran escalofríos de observar la guerra tal cual es, sin remordimientos, sin cargos de conciencia, repleta de las mayores brutalidades a las que puede llegar el ser humano, las vidas no tienen ningún valor, los enemigos son simplemente eso, enemigos, se les deshumaniza por completo para no tener ninguna clase de remordimientos.

Si por algo se caracteriza esta serie de HBO es por la espectacularidad de sus escenas, como ya hizo en su día “Salvar al soldado Ryan”, las escenas de desembarcos, bombardeos o duelos de artillería en el frente alcanzan unas cotas de realismo que logran situarte verdaderamente en aquel lugar y en aquel tiempo.

Sobre una multitud de personajes resaltan tres, Robert Leckie, Eugene Sledge y John Basilone. Los capítulos van alternando el protagonista y nos muestran la guerra a través de los ojos de ellos y de sus preocupaciones y sentimientos. Los tres personajes son muy diferentes entre sí, sus puntos de vista resultan muy interesantes de analizar así como observar como la guerra les va haciendo evolucionar como personas o descubrir el final de cada uno de ellos.

Las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki que pusieron fin a la guerra no tienen casi protagonismo en la serie, simplemente son comentadas brevemente por los protagonistas, suponiendo para ellos simplemente el final del sufrimiento y la posibilidad de abrir unas botellas y celebrar que la victoria se ha alcanzado, así de cruda es la guerra y así de bien nos la cuentan en The Pacific.

Por Caarte.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Loquillo y los poemas de Luis Alberto de Cuenca.

Hay artistas, grupos o cantantes que se tiran 30 años haciendo lo mismo para el mismo tipo de público y hay otros, que son los que realmente merecen la pena, que evolucionan y adaptan su obra a sus nuevas inquietudes, acordes estas últimas con el paso del tiempo y con los años que van cayendo en el calendario particular del creador en cuestión.

Loquillo es uno de estos, en los 80 le tocó ser un rockabilly rebelde que dio mucha guerra y mucho que hablar y junto a los Trogloditas formó una de las bandas de mayor repercusión en el panorama español, ahí está su trabajo para re-escucharse cuando se tengan ganas de quemar rueda, pero esa época ya pasó y aquél chico duro ha dado paso a este elegante cantante, lleno de madurez y saber estar, Loquillo se ha convertido en un auténtico sibarita de la canción, sus trabajos desprenden mucho savoir faire, un exquisito gusto por las cosas bien hechas, un refinamiento en el sonido y en las letras que no son muy comunes hoy en día.

“Su nombre era el de todas las mujeres” es el tercer trabajo de Loquillo musicando poemas de otros. Si en “La vida por delante” (1994) y en “Con elegancia” (1998) cantó por Benedetti, Gil de Biedma, Octavio Paz o Borges entre otros, en este nuevo trabajo se centra por completo en el académico Luis Alberto de Cuenca.

Cuando uno escucha el disco respira perfección por los cuatro costados, o mejor dicho por los cuatro pilares sobre los que descansa el trabajo: los irónicos y bellos poemas de Luis Alberto de Cuenca, la maestra y pausada música de Gabriel Sopeña, la limpia y elegante producción de Jaime Stinus y la inconfundible, cálida una veces y desgarradora otras veces interpretación de Loquillo.

El disco comienza con “Political incorrectness” y “Nuestra vecina” donde el dúo de Cuenca-Loquillo se muestra más desenfadado y humorístico, el disco avanza y te encuentras con joyas de una sutileza extrema, “La noche blanca”, “Cuando vivías en la Castellana” o “Farai un vers de dreyt nien” contienen versos de un nivel insuperable donde podemos encontrar al de Cuenca más romántico y apasionado. “La malcasada” o “Su nombre era el de todas las mujeres” son excelentes temas que completan este trabajo de diez cortes donde la mujer es el eje central y la auténtica protagonista.

Esperemos que Loquillo siga en el futuro teniendo tan buen gusto eligiendo poetas e interpretándoles y es que para realizar este tipo de discos aún le queda toda una vida por delante, sólo necesita poemas, teatros, trajes negros y su inconfundible voz.

“Farai un vers de dreyt nien”

Sobre ti, sobre mí
sobre el infierno y sobre el paraíso
de nuestro amor,
sobre el milagro inútil
de haberte conocido y el abismo
de haber viajado al alba y al crepúsculo
con un monstruo tan dulce y tan dañino,
sobre la huella que dejó tu cuerpo
en mi cama y en todos mis sentidos,
sobre el vestido negro ribeteado
de encaje con que andabas por el filo
de la traición, sobre tu piel tan blanca
y sobre el tiempo que yo perdí contigo…
Sobre todas las cosas que anteceden
y sobre nada
(¿acaso no es lo mismo?)
escribiré un poema, recordando
la canción de Guillermo,
con el frío de la distancia
y con la sensación
de no haberlas vivido.

Por Caarte.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Band of Brothers, la serie de HBO

Todos hemos visto multitud de documentales sobre la 2º guerra mundial, imágenes en blanco y negro con soldados anónimos moviéndose a cámara rápida, Hitler pronunciando discursos mudos con actitud enérgica, explosiones de bombas en escenarios oscurecidos y una voz en off que nos narra el desarrollo de la contienda en términos generales, tropas y países que avanzan y otros que retroceden.

“Band of brothers” es una magnífica serie de 10 capítulos coproducida por Steven Spielberg y Tom Hanks entre otros que nos muestra la crudeza de la 2ª guerra mundial desde otro punto de vista, desde un punto de vista mucho más real, verídico y tangible, desde un punto de vista donde se puede sentir el dolor, oler la sangre y padecer el sufrimiento de sus protagonistas. Para ello los directores de la serie (hay varios, casi uno por capítulo) se basaron en el libro de mismo título que la serie escrito por Stephen Ambrose.

Tanto la serie como el libro narran las experiencias vividas durante la contienda por la Compañía Easy, miembro de la 101ª División Aerotransportada del ejército de los Estados Unidos. Las situaciones que se cuentan son verídicas, todos los personajes que aparecen son reales, de hecho cada capítulo comienza con extractos de entrevistas a supervivientes que en su día rondarían los 80 años.

La Compañía Easy se caracterizó por ser la mejor entrenada y por ser la que más bajas sufrió durante la guerra en el bando estadounidense. Entró en guerra el Día D, lanzándose en paracaídas sobre Normandía, desde aquel día lucharon contra los alemanes en diversos frentes: Francia, Holanda, Bélgica, además de ser la compañía que tomó sin resistencia alguna el Nido del Águila, la lujosa casa de descanso y centro neurálgico nazi que se construyó Hitler en medio de los Alpes.

Muchos son los protagonistas de esta magnífica serie, soldados, sargentos, tenientes, coroneles, pero sobre todos ellos sobresale la figura del Teniente, luego Mayor, Richard Winters, un oficial que no se muestra para nada autoritario, déspota o tiránico sino que logra ganarse el respeto de su compañía con otra serie de cualidades como la eficiencia, el compañerismo, la mesura o la lógica, es por ello que acabes sintiéndote identificado con él y termine ganándote.

La serie se aborda desde la única perspectiva del lado americano, como ya nos tienen acostumbrados, por lo que los buenos y los malos están claramente dibujados aunque es cierto que al final de la serie se intenta humanizar a los soldados alemanes, que no a los mandos nazis.

La guerra es un sin sentido que se crea por las altas esferas de la política y donde los pueblos se aniquilan obedeciendo órdenes de estas, siendo manejados como marionetas, así es como la guerra se ve desde fuera, desde dentro no, desde dentro no hay tiempo para reflexiones, sólo para actuar, matar para poder sobrevivir, eso sí, los que sobreviven les queda una vida entera para reflexionar sobre ello, esto es lo que queda magníficamente retratado en la serie, el día a día de la guerra, las penas por ver a los compañeros perdidos sin tener tiempo para lamentarse por ello porque un día después, una hora después, un minuto después puedes ser tú el próximo. Como bien dice uno de los protagonistas de la serie: cuando algún compañero resultaba herido nos alegrábamos por él porque se alejaría del frente y puede que tuviera un ticket para casa, cuando un compañero resultaba muerto nos alegrábamos por él porque por fin descansaba y le veías lleno de paz ahí tirado, sin más sufrimiento.

Por Caarte.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Mis 10 preferidas de Nacho Vegas (2ª parte)

Tras el aperitivo del artículo anterior ahora vamos al solomillo: las mejores canciones de este bohemio asturiano. Quien no conozca a Nacho Vegas aquí tiene la excusa para adentrarse en su mundo y convertirse en un fiel seguidor.
5º El ángel Simón: emoción al máximo, Vegas le habla a su padre fallecido, sobran las palabras, todas las pone Nacho acompañado de una solitaria guitarra.

4º Me he perdido: canción dedicada a la que fue su pareja Cristina Rosenvinge, un medio tiempo muy Vegas que te atrapa desde el principio, música folk 5 estrellas. Vegas deja su habitual trascendencia a un lado en un magistral guiño cómico:” y ¿Qué te iba diciendo? Me he perdido”

3º El hombre que casi conoció a Michi Panero: un tema  de “Desaparezca aquí”, un folk muy agradable de escuchar dedicado a Michi Panero, el malogrado intelectual noctámbulo, hermano e hijo de los poetas Juan Luis Panero, Leopoldo María Panero y Leopoldo Panero respectivamente.

2º Ocho y medio: el Vegas más trascendental y enigmático nos regala una letra tan larga como personal acompañada solamente de la guitarra acústica de Nacho. Sencilla a la vez que genial estamos ante otra canción que podría durar tres veces más y seguiríamos impasibles llenándonos de la melancolía que Nacho Vegas le dedica a su perdido amor.

1º Cerca del cielo: inspirado en el montañero Juanito Oiarzábal Nacho Vegas compone una canción de una inspiración abrumadora donde el mundo de la montaña recibe un homenaje de una épica y una emoción indescriptible. Supongo que oír esta canción en la cima de un ocho mil debe ser algo mágico, nosotros nos conformamos con disfrutarla a nivel del mar y meternos en el papel del hombre que lucha contra sus fuerzas y su destino.

Por Caarte.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Primavera Club 2011 - Crónicas - Jueves.

Jueves 24 Noviembre, Barcelona. A veces menos es más.
     La sesión de ayer nos demostró que, a veces, más no es mejor. Y así lo demostraron los grupos de escasos miembros y jóvenes como Pure X y Jeff The Brotherhood contra los más numerosos en componentes y entrados en años como The Pop Group o R. Stevie Moore.

     Iniciamos la noche presenciando el set de Pure X. Aunque por motivos personales llegué una vez iniciado el concierto pronto me quedé asombrado que tan solo tres músicos fueran capaces de generar ese ambiente cósmico de post-rock, lo-fi o como queramos llamarlo aquellos que nos obcecamos en poner etiquetas. Un envoltorio de zumbidos y susurros metálicos, bases sintetizadas y mucha emoción. Atmosfera oscura y letras inentendibles muy al estilo de The Radio Dept. pero la acústica de La [2] les hizo un flaco favor al trio de Austin.

     Tras unas cervezas a un euro (noventa céntimos exactamente, bendita sea esa calle), volvemos sobre nuestros pasos y subimos a Apolo a disfrutar del ruido grunge del dúo de Nashville, Jeff The Brotherhood. Si el miércoles Charles Bradley nos transportaba a la época dorada del soul y funky, ayer los hermanos Orral nos llevaban al mejor garage de los 90, como si Pavement, Nirvana y compañía estuvieran sobre el escenario, pero después de haber escuchado en exceso discos de Iron Maiden. Un despliegue de ruido bien afinado y limpio. Con solo una guitarra (de discutible diseño) y una batería llenaron de malaleche una sala entregada al ritmo encarnizado de riffs del guitarrista que animado por el público incluso se atrevió a tocar un tema con su guitarra en medio de la platea y rodeado de la multitud. Recordaron en los mejores momentos de su actuación a Dinosaur Jr. y Silverchair. El momento cumbre, los silbidos y melodía mezclados con ruido guitarrero del tema “Bone Jam” de su último álbum “Heavy Days”. Excelente.

     Tras los americanos nos quedaba la curiosidad de ver a R. Stevie Moore. Alguno de los asistentes ya definió este inicio de festival como el de los abuelos traviesos, y Bradley el miércoles y Moore ayer solo hicieron que confirmarlo. Vestido con un pijama estampado, sudadera con gorro y pañuelo al cuello salía al escenario Stevie acompañado de su banda. Como si Daniel Johnston hubiera resucitado y poseído el cuerpo del allí presente el de Nashville ofreció un espectáculo donde no primó la coherencia musical precisamente. Desafinado y ruidoso en el peor sentido de la palabra, todo potencia pero sin control. Obviando la música hay que decir que se trata de uno de esos locos “genios” que por lo menos hay que ver una vez en la vida, aunque solo soportes veinte minutos del show, como fue nuestro caso.

     Y por último, The Pop Group en Apolo. Los de Bristol se reúnen de nuevo para revivir en directo sus escasos dos álbumes de estudio de 1979 y 1980. Con una mezcla brutal de músicas que van del dub reggae al funk, pasando por el punk en horas bajas e introduciendo lo que en unos años sería el sonido Manchester, los ingleses no consiguieron animar a un público escaso que prefirió el show de Stevie Moore a la misma hora en La [2]. Tengo que reconocer mi aversión a reuniones de grupos “retirados” si estas no tienen más excusa que la económica como parecía el caso. Sonaron mal, no nos engañemos. La valentía en la cacofonía y saturación de sonidos en sus inicios, la violencia de su propuesta en aquellos años, el discurso político de aquel entonces no les ayudaron ayer en absoluto. Aunque en los primeros trazos se acercaban a unos buenos Smiths pero malsonantes y con un frontman demasiado grande y falto de estilo si lo comparas con Morrisey, poco a poco fueron dejando ver la escasez de compenetración y la falta de ensayos que no pudieron suplir con voluntariosidad sobre el escenario. El límite para un servidor y acompañantes fue cuando Mark Stewart tuvo que cantar papel en mano dos canciones para no errar en la letra. Hasta aquí hemos llegado… a casa.
Por Ardemo.



jueves, 24 de noviembre de 2011

Primavera Club 2011 - Crónicas

El Grito del Halcón del Soul.

     Empieza el Primavera Club y desde Acabando con la Cultura intentaremos desgranaros los que en nuestra opinión sean los mejores conciertos y momentos de estos cinco días de música. Un elenco de grupos que a primer golpe de vista nos sorprende por su atrevimiento, pocos grupos consagrados, algunos revival, diversidad en el estilo musical y muchas buenas promesas que darán que hablar.

     El cartel del Primavera Club lo avisa de antemano, hay de todo y para todos. Y buena muestra fue el conciertazo que presenciamos ayer en la Sala Apolo. En nuestra opinión lo más destacado de la primera jornada. Charles Bradley es un tipo peculiar, ha pasado la mayor parte de su vida trabajando de cocinero por diferentes ciudades de EEUU y cantando solo como hobby. Ahora y a sus, nada menos que, 63 años triunfa como soulman de culto y vive en un sueño gracias a que un subsello de Daptone Records, cuna del soul moderno, decidiera publicar su álbum “No Time for Dreaming” hace apenas un año.

     Sobre el escenario el de Florida fue un torbellino, un frontman de lujo que hacia al publico mover sus caderas, cantar, pero a la vez reírse ante tremendo espectáculo. Su banda, un buen grupo de músicos todos blancos y con chaleco, le presentó como se le conoce en el ámbito musical con mucho acierto, “The Screaming Eagle of Soul”. Su voz desgarrada e infalible unida a un alma de showman al estilo James Brown fue todo un éxito. Sus bailes lascivos con toques de flamenco y un aire gay desataban comentarios y gritos continuos en Apolo. Estuvo delicado en el soul, divertido y arrebatador en el Funky, bailón y “sucio” en el R&B. Lo dio todo y disfruto como un novato, y es que lo es, a pesar de contar ya con 63 primaveras. Solo un pero a su concierto, se alargó y repitió en exceso en la presentación de la banda que le acompaño.

     Asistir a este concierto fue como trasladarse en el tiempo muchos años atrás, cerrar los ojos y escuchar a Ottis Redding, a veces Janis Joplin, y abrirlos para ver movimientos de James Brown o Michael Jackson.

El listón está alto… a ver quien lo supera.

por Ardemo.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Mis 10 preferidas de Nacho Vegas (1ª parte)

Nacho Vegas es a día de hoy la figura más representativa de una nueva hornada de cantautores españoles , cantautores que ya no son aquellos reivindicativos de finales de los 70 que luchaban por una sociedad más justa. Los tiempos han cambiado y en la sociedad del bienestar ya no hay cabida para textos de lucha social.

Nacho Vegas (Gijón 1974) empezó su carrera en solitario en el año 2000 tras abandonar su anterior formación, Manta Ray, como cantautor se música oscila entre la distorsión indie y el minimalismo más básico donde unos pocos acordes de guitarra acompañan a extensas letras, letras que están llenas de referencias culturales y que normalmente giran sobre cuestiones personales o existenciales.

Hasta ahora, aparte de muchos EP`s, ha dado fruto a 5 trabajos de larga duración en solitario: “Actos inexplicable” (2001), “Cajas de música difíciles de parar” (2003), “Desaparezca aquí” (2005), “El manifiesto desastre” (2008) y “La zona sucia” (2011) y 2 discos de colaboración: “El tiempo de las cerezas” junto a Bunbury (2006) y “Verano fatal” con Cristina Rosenvinge (2007).

Sus influencias pasan por Leonard Cohen y Bob Dylan, como no podía ser de otra manera, y también por artistas oscuros mas como Nick Cave o Tom Waits.

Sin más aquí esta nuestra selección, 10 canciones para enmarcar, muy representativas de lo que este pedazo de artista es capaz, espero que disfrutéis.

10º La gran broma final: perteneciente a su último trabajo “La zona sucia” en esta canción hace referencia de manera irónica a su coyuntural paso por el mundo de la prensa rosa tras su idilio con Cristina Rosenvinge. Una cadencia lenta y redundante, muy a lo Vegas, envuelve esta enigmática letra.

9º Días Extraños: tema que abre el disco a medias con Bunbury. El día a día de una relación disfrazada de canción de carretera, y es que una relación es eso precisamente, un largo viaje en carretera.

8º Cazador: otro tema de “El tiempo de las cerezas”, un tema bastante animado de carácter autobiográfico: El Nacho Vegas más salvaje y desarraigado: “Vivía igual que un cazador, en soledad, sin fe ni amor, mi presa siempre estaba al otro lado”.

7º Reloj son manecillas: bellísima letra que muestra al Vegas más melancólico y eso es mucho decir. Las drogas como vía de escape, como única posibilidad de alcanzar cierta luz y paz. Pertenece a su hasta ahora último trabajo “La zona sucia”.

6º En la sed mortal: Vegas en su máxima plenitud: ritmo hipnótico y letra densa. Esta canción podría no acabar nunca, en ella Vegas pide redención sobre todos sus pecados. Pensamientos inconexos de una borrachera cualquiera.

Por Caarte.
 

miércoles, 16 de noviembre de 2011

La 3ª de Gorecki, un profundo lamento

Henryk Gorecki nos dejó hace ahora un año y con él se fue uno de los compositores más representativos de lo que se ha llamado música minimalista. Nacido en 1933, Gorecki fue en su primera etapa un compositor vanguardista y experimental donde su música era atonal y llena de disonancias, más adelante, en los años 70 Gorecki abandona este estilo para adentrarse en unos cánones más clásicos y escribir música tonal. De esta segunda época es su obra más conocida, la tercera sinfonía o “Sinfonía de las lamentaciones” donde el tema central es el amor de madre, y el dolor de esta ante la pérdida del hijo o hija.

La sinfonía consta de 3 movimientos, todos lentos, siendo la duración normal alrededor de 50 minutos, 50 minutos de una profundidad y paz inigualable. Al escuchar esta obra te sumerges en un océano de calma que rara vez se embravece. La obra está compuesta bajo las premisas de armonías y melodías sencillas y lineales pero no carentes de una belleza extrema. Una soprano acompañada de orquesta son las encargadas de interpretar esta auténtica maravilla musical del siglo XX.

El primer movimiento es la mitad de la sinfonía en cuanto duración y en él la soprano pone voz a un texto del siglo XV inspirado en canciones religiosas de la época donde La Virgen María se despide de su hijo en la cruz.

Mi querido hijo, mi predilecto,
comparte las heridas con tu madre.
Ya que he sido yo, querido hijo, quien te ha llevado en el corazón
y quien tan fielmente te ha servido.
Háblale a tu madre para hacerla feliz,
pues ya me abandonas, dulce esperanza mía.

El segundo movimiento está basado en unas pintadas que se encontraron en una cárcel del sur de Polonia, exactamente en Zakopane, una localidad en medio de las montañas. En aquella cárcel los nazis aprisionaron a parte de la población polaca conquistada, y entre escritos de rabia y odio en esas paredes había unas frases que llamaron poderosamente la atención de Gorecki, fueron escritas por una joven de 18 años (Helena Wanda) que lejos de sentir enojo e impotencia ante su situación lo que hizo es mostrar compasión y acordarse de su madre que era la verdadera sufridora de su desgracia.

Mamá, no llores, no.
Inmaculada Reina de los Cielos,
Apóyame siempre.
Ave María, llena eres de gracia.

Gorecki envuelve este movimiento con lo que quiere ser el viento que reina en aquellas montañas. Realmente conmovedor.

Para el tercer movimiento Gorecki echó mano de una canción popular polaca que hace alusión a una madre que llora desconsolada la pérdida de su hijo en la guerra allá por 1920. La carga emotiva de las palabras de la madre a Gorecki le parecieron dignas de una auténtica poetisa por lo que no dudó en incluirlas en su sinfonía.

Oh cantad para él,
pajarillos cantores de Dios
porque su madre
no puede hallarlo.

Y vosotros, florecillas de Dios,
floreced a su alrededor
para que al menos mi hijo
pueda disfrutar soñando.

Una sinfonía llena de ternura, hondura y sosiego que te arranca del bullicio cotidiano y te transporta a un estadio superior de verdadera paz.

Por Caarte.

sábado, 12 de noviembre de 2011

El provocado Winston Churchill

Pensar en Winston Churchill es a la vez recordar a uno de los políticos y estrategas más eminentes del siglo XX, pero también conmemorar a un personaje que destacaba por su rudo carácter y arisca personalidad. Y es que en tiempos en los que la política nos desgasta por discursos balbuceados por muñecos del guiñol, uno siente nostalgia al ver que, apenas hace 50 años, había presidentes que defendían realmente los intereses de sus conciudadanos, aún estando en oposición con los colegas del propio partido.

Y pensar en Churchill es también imaginarse este retrato, una cara fruncida con mirada penetrante, algo enfadada pero también inquisitiva. En definitiva, el espejo de su propio carácter. Entonces, ¿como se lo hizo el fotógrafo para sacar la esencia de tal personaje? Pues desmoronando los roles a los que Churchill estaba acostumbrado, es decir, rebajarlo a ser un ciudadano más, un inglés a quién se lo puede provocar sacándole, por ejemplo, el puro de la boca al que tan acostumbrado estaba. Y así lo hizo Yousuf Karsh, autor del retrato. En la sesión, viéndose incapaz de sacar de Churchill ese áspero carácter que había dado a conocer a todo el mundo, se decidió por provocarlo en lo más personal que conocía de él, el puro. Le pidió primero que no fumara pero, al negarse éste, se lo quitó repentinamente de la boca. Se colocó entonces detrás de la cámara y le sacó el retrato que a dia de hoy conoce todo el mundo.

Una decisión de lo más arriesgada pero a la vez increíblemente ingeniosa. Imagino al fotógrafo nervioso pero a la vez seguro, agarrando con firmeza este apéndice de Churchill y observando por el visor de la cámara la reacción que esperaba. Estoy segura que en este momento sabía que aquella imagen daría la vuelta al mundo para quedarse para siempre. Éste sentimiento de tener “la foto” eriza la piel a cualquier reportero profesional. Es el resumen de toda una vida, un carácter, una profesión y un contexto histórico, metido en una foto.

Vale decir que, a pesar de tener unos políticos que se diferencian de Churchill por su nula conexión con el pueblo, tenemos la suerte de vivir en democracia, así pues desde aquí animo a todo ciudadano ser partícipe de ella el próximo 20N.

Por Nona Codina (Colaboración)

domingo, 6 de noviembre de 2011

“Los desnudos y los muertos” de Norman Mailer

Norman Mailer (1923-2007) fue una de los hombres de letras más influyentes en la América del siglo XX, no sólo por ser un gran novelista sino también por ser una de los periodistas más reputados así como guionista de relumbrón e incluso cineasta. Sus opiniones políticas (entre la izquierda y el conservadurismo más rancio) y su particular estilo de periodismo literario le convirtieron en un periodista de referencia.

Como escritor en él se produjo un hecho que no suele ser muy habitual, alcanzó su cima literaria con su primera novela (Los desnudos y los muertos) y a la temprana edad de 25 años, en este libro Mailer desgrana las experiencias vividas por él mismo en el ejército durante la 2ª guerra mundial cuando Estados Unidos se incorporó a la contienda tras el ataque japonés a Pearl Harbor.

El libro nos sitúa en Anopopei, una pequeña isla del Pacífico donde los americanos deben de tratar de liquidar a los japoneses, en este contexto Mailer desarrolla el día a día de la guerra, tanto en el campamento como en el frente.

Norman Mailer se apoya en todos sus protagonistas, ya que se puede hablar que estamos ante una novela coral, para hacer un profundo análisis de la sociedad americana de la primera mitad del siglo XX, de hecho el libro tiene saltos en el tiempo que el autor aprovecha para desarrollar un perfil individual de cada personaje y mostrarnos la vida de cada uno de ellos hasta el momento presente de la campaña en el Pacífico.

Aparte de mostrarnos los distintos estratos sociales de la sociedad estadounidense y de sus papeles en el ejército, Mailer teje magistralmente los perfiles psicológicos de cada personaje y de cómo estos se enfrentan a las situaciones a los que la guerra los expone. La crueldad, la falta de crepúsculos, la lucha moral interior describen la guerra con un realismo impresionante, también nos traslada a esa época los prejuicios sociales de los soldados así como el machismo o cómo la religión les provoca conflictos interiores.

La novela consta de casi 700 páginas donde también encontramos mucha táctica militar en manos del general Cummings y una descripción increíble de la dureza tanto física como psicológica a la que los soldados deben hacer frente, llegas a sentir realmente lo que es la extenuación humana en su grado máximo, por otro lado Norman Mailer nos hace ver como el ser humano es una simple marioneta en los brazos del poder y como las vidas humanas pasan a ser meros instrumentos de la alta política.

Libro muy recomendable para los amantes de series como “The Pacific”, “Band of brothers” o películas como “Salvar al soldado Ryan” y demás largometrajes del mismo género ya que “Los desnudos y los muertos” es una de las novelas más logradas de la 2ª guerra mundial así como una de las novelas más importantes de la literatura americana del siglo XX.

Por Caarte.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Mis 10 preferidas de Andrés Calamaro (2ª parte)

Seguimos con la lista de canciones preferidas de Calamaro, una labor extenuante y dolorosa ya que uno en vez de disfrutar de las canciones seleccionadas lo que hace es sufrir por las canciones descartadas.

5º La parte de adelante: uno de los himnos del grandioso “Honestidad brutal”, una magnífica letra que es acompañada de un tiempo in crescendo, te da la sensación que Andrés se podría tirar haciendo metáforas hasta hacer una canción sin fin. Calamaro en estado puro!

4º La libertad: tras “El salmón” Calamaro dejó su etapa más fructífera y genial pero aún así ha seguido regalándonos discos con un nivel medio bastante aceptable. En “El Cantante” (2004) se mezclan versiones de clásicos con canciones bastante conocidas, pero a mi parecer hay una que sobresale por encima del resto, esta auténtica oda a la Libertad, esa dama por la que muchos luchan en el mundo y otros no saben apreciar.

3º Mi rock perdido: el Calamaro más gamberro, el más juvenil, el más rocanrolero. Dentro de “Sin documentos” esta canción nos invita a saltar, revolcarnos por el suelo y celebrar que nos gusta el rock mientras Andrés persigue la canción perfecta.

2º Crimenes perfectos: “Alta suciedad” (1997) fue el estreno en solitario de Calamaro tras la disolución de Los Rodriguez, un disco asombroso lleno de elegante rock y ritmos latinos. “Crímenes perfectos” es una balada perfecta llena de melancolía y desgarro. El dolor de la soledad y la tristeza de la ruptura pintan este temazo que ya es un clásico aunque no haya tenido la publicidad que otras canciones, se puede decir que se ha llegado a ese estatus por méritos propios.

1º Flaca: ritmo de batería, inolvidable riff de trompeta y entra la voz de Andrés cantando “Flaca no me claves tus puñales…”, sencillamente genial, suave estribillo , estrofa del mejor Calamaro, un viaje al centro de la genialidad de este ilustre argentino, vuelve el riff de trompeta para despedir esta canción de hace 15 años que será recordada dentro de otros 15. Que suene una y otra vez!

Por Caarte.


viernes, 28 de octubre de 2011

Mis 10 preferidas de Andrés Calamaro (1ª parte)

Hacemos entrega en Acabando con la Cultura de un nuevo capítulo de “Mis 10 preferidas de…” y en esta ocasión nos vamos a Argentina de manos del díscolo e ídolo local Andrés Calamaro.

Si el realizar listas es siempre algo subjetivo y muy difícil de hacer, debido a los descartes que siempre hay que realizar, en este caso lo es aún más, ya que si por algo se caracteriza Calamaro es por ser muy prolífico y escupir canciones y hits como churros, un claro ejemplo de ello es su trabajo “El salmón” (2000), un quíntuple disco con 103 canciones que ya ha pasado la historia del rock en castellano.

Ya son 30 años los que lleva encima de los escenarios el bueno de Andrés y en ese tiempo ha compuesto innumerables éxitos que todos podemos tararear de memoria ya sea con “Los Abuelos de la Nada”, “Los Rodriguez” o en solitario.

Aún a sabiendas de que mañana la lista sería distinta, cogemos lápiz y papel y nos arriesgamos a elaborar esta particular lista de este reconocido fan de Bob Dylan.

10º Valentina: un piano como base armónica y una auténtica declaración de amor a la misteriosa mina argentina conforman una preciosa canción que formaba parte del quinto disco de “El salmón”. Apaga la luz y déjate llevar por este bello tema.

9º Dulce condena: a principios de los 90 Los Rodriguez explotaban en Madrid y se convertían en un grupo de público masivo, y lo hicieron gracias a himnos como “Dulce condena”, una visión particular de las relaciones de pareja entre el optimismo y el masoquismo. ¿Quien no ha cantado eso de :"no importan los problemas, no importa la solución...". El tema pertenece a “Sin documentos” (1993)

8º Diez años después: El disco de confirmación de Los Rodriguez fue “Palabras más, palabras menos” (1995), época gloriosa junto a Ariel Roth donde no paraban de girar y de brindar por los éxitos cosechados. ¿Dónde estaremos dentro de 10 años? ¿Qué pensaremos de nuestras parejas cuando dentro de 10 años echemos la vista atrás? Calamaro se explaya y nos ofrece su visión.

7º La mirada del adiós: Calamaro siempre se ha caracterizado por poseer una pasmosa facilidad para crear jugosas canciones llenas de melodías pegadizas, este es un ejemplo más. Recomendada para todos los tortolitos que cuando se despiden quieren ser los últimos en aguantar la mirada de su pareja. Letra sencilla y melodía 5 quilates.

6º Cuando te conocí: “Honestidad brutal” (2004) es condiderada por unanimidad la obra maestra de Calamaro, un doble cd con 37 canciones, por lo que más bien se podría hablar de al menos un disco triple. Es el mejor Calamaro por temas como este “Cuando te conocí”, una vez más Andrés le canta a su chica una vez que el tiempo ha pasado y el amor se vuelve más poético.

Por Caarte.

miércoles, 26 de octubre de 2011

"No volveré a ser joven" por Gil de Biedma

Jaime Gil de Biedma es ya, a día de hoy, el poeta español más influyente de la segunda mitad del siglo XX, perteneciente a la generación del 50 el autor fué referente para muchos poetas contemporáneos suyos o para las nuevas generaciones.

Aprisionado entre el libertinaje más canalla y la profesionalidad más sobria como alto directivo, entre su pasado de familia tradicional y sus ideales izquierdistas, Gil de Biedma desarrolló una obra poética basada principalmente en dos conceptos: el tiempo y el personaje Jaime Gil de Biedma, o lo que es lo mismo, como el paso del tiempo afecta a el poeta y a sus percepciones.

El poema que presentamos aquí es un claro ejemplo de ello, en él aparte de mostrar cómo los años van haciendo mella en la ignorancia e ilusión del joven que todos hemos sido en algún momento, Jaime Gil de Biedma hace hincapié en el carácter nihilista que tiene la vida en sí misma, donde no importa lo que hagas en vida ya que el resultado será el mismo para todos.

El poema es posiblemente su composición más conocida, su brevedad y profundidad hacen de él un deleite para los sentidos, donde como todos los buenos poemas requieren de un momento posterior de reflexión.

NO VOLVERÉ A SER JOVEN

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.

 
Por Caarte.

martes, 18 de octubre de 2011

Micah P. Hinson and the Gospel of Progress, el disco de la década?

Recién estrenada la mañana, apenas debería de estar empezando a clarear ahí afuera, al otro lado de la ventana, me coloco los auriculares a gran volumen y empiezo a dejarme persuadir e inundar por el mágico sonido del teclado que dibuja “Yourself asleep again”, de repente aparece la peculiar voz de él, del joven vagabundo que parece recién surgido de una profunda caverna.

Él es Micah P. Hinson (Tennessee, 1981) y el disco es su ópera prima (Micah P. Hinson and the Gospel of Progress, 2005). Cuando te encuentras de vez en cuando con un disco de esos que te dan la vuelta, te descolocan, que te hacen replantear todo y que no puedes dejar de escuchar una y otra vez te sientes dichoso, muy afortunado de que te guste tanto la música y de tener esa joya entre tus manos, y eso es precisamente lo que me pasó a mi cuando descubrí este magnífico disco.

Ya conocía un trabajo posterior del bueno de Micah (The baby and the satellite) y ya me había quedado enganchado a su ronca voz, a sus bellas melodías y a sus emocionantes arreglos, pero fue esa mañana y ese disco los que me convirtieron en un irremediable fan de Mr. Hinson. Recomiendo encarecidamente este peculiar modo de escuchar discos: en el silencio de una habitación y el volumen al máximo para que la música se filtre por todos los poros de tu piel.

Y así después de “Yourself asleep again” llegaron “Beneath the rose” y sobre todo “Don´t you forget” un auténtico himno que todo el mundo debería tener más escuchado que cualquiera de los petardos de adolescentes que mueven las caderas y que nos inundan a todas horas por todos los medios.

A mitad del disco nos encontramos con un remanso de paz inigualable, un oasis de calma y ternura llamado “The nothing” y te preguntas como algo tan simple y minimalista pueda alcanzar esas cotas de belleza e inspiración.

El carácter folk dominante en todo el trabajo se hace especialmente latente en temas como “Stand in my way”, "You lost sight on me” o “Caught in between” donde el tejano de adopción da rienda suelta a sus lamentaciones sentimentales y donde se respira la amargura que una vida como la de Micah lleva consigo: desde muy joven estuvo enganchado a todo tipo de sustancias que le llevaron a dormir en la calle o entre rejas, y de donde sólo pudo salir gracias a su genialidad, su guitarra y su amor.

“On my way” es otro brillantísimo momento del disco donde el tema va creciendo hasta la extenuación y el desgarramiento total de la voz y de la guitarra de Micah llegando a un deslumbrante éxtasis que no deseas que acabe nunca.

Y por fin llegamos al cierre del LP, con un tema de más de ocho minutos de carácter hipnótico (The day Texas sank to the bottom of the sea) que se podría decir que es mi canción preferida de Micah P. Hinson, o sino una de las preferidas. Parece que te está cantando al oído, en un ejercicio de máxima sinceridad y confesión, todas sus soledades e inquietudes. Micah se postra de rodillas ante su amor y reconoce su debilidad, se ofrece ante ella y señala que sólo los pensamientos sobre ella le mantienen con aliento.

Un disco para guardar y recomendar a tus amigos melómanos como hizo conmigo mi buen amigo y compañero de Acabando con la Cultura Luis.



Por Caarte.

sábado, 15 de octubre de 2011

La Posmodernidad, un contraste con lo Moderno

En primer lugar, antes de adentrarnos en una visión crítica de la Posmodernidad, es preciso señalar que ésta se concibe en contraposición a lo que se conoce como época Moderna. Entendiéndose esta última como el gran proyecto humano cuyos orígenes históricos se remontan al siglo XVIII —el Siglo de las Luces—. Se caracteriza como una gran revolución ideológica en contra de los poderes teocráticos, que sustituye las creencias religiosas como método para explicar el mundo por el análisis y la razón. Se acompaña de un optimismo y una fe ilimitados en que el progreso científico e industrial traería abundancia de bienestar para las sociedades humanas. Se inician en esa época los grandes movimientos ideológicos de la M. cuyo común denominador era la construcción de Modelos sociales, políticos y económicos que hicieran posible la confluencia de lo bueno, lo bello y lo justo.

En torno a lo señalado con prelación, cabe destacar que fue un período marcado por fuertes revoluciones, las que se sustentan fundamentalmente en bases ideológicas, destacando así los ideales ilustrados . Conforme a éste es menester enfatizar que como todo movimiento intelectual histórico, tuvo sus repercusiones en los más diversos ámbitos del saber humano, siendo su principal manifestación la creación de L'Encyclopédie ou Dictionnaire raisonné des sciences, des arts et des métiers , la que pese a las críticas llevó a cabo su cometido, el que tenía por finalidad proveer a los lectores un compendio del conocimiento existente, abarcando de este modo una vasta heterogeneidad de aspectos y áreas, propugnando así las bases de una sociedad más racional y humana, capaz de juzgar a través del intelecto y el conocimiento la realidad existente.

En lo concerniente a los influjos que este movimiento tuvo, es posible encontrar su expresión estética en el Neoclasicismo, cuya denominación deriva del retorno a los clásicos, considerando a los escritores griegos y latinos como modelos a imitar; ése es el origen de la palabra Neoclasicismo; movimiento que privilegió la razón frente a los sentimientos. Presentando un marcado carácter crítico, didáctico y moralizador, cuya influencia alcanzó los modelos económicos, políticos y sociales imperantes. De la misma forma su representación musical se manifestó a través del Barroco, caracterizada por una gran riqueza instrumental, contrastes melódicos y rítmicos, siendo su máximo exponente Antonio Vivaldi (Sacerdote italiano, gran violinista y compositor de óperas). Conforme a lo anterior se atisban los conatos de la Iglesia Católica en su pretensión de captar adeptos al cristianismo por intermedio del deleite que la música causa en los sentidos, no obstante, los ideales ilustrados lograron una trascendencia que no tan sólo marcaría un hito en este siglo, sino que dejaría una huella indeleble en los tiempos venideros, ocasionando de esta manera dos revoluciones que estamparían con brasas fulgurantes la historia de la humanidad.

Las revoluciones a las que hago alusión son la Independencia de los estados Unidos y la Revolución Francesa, esta postrema mediada por ideas de líderes intelectuales, tales como Montesquieu, Rousseau y Voltaire. Todos ellos prominentes filósofos Ilustrados que pretendían esclarecer los dogmas de la Iglesia, el mundo y los sucesos acaecidos en él, a la luz de la razón. Esta revolución estuvo fundada a raíz de los graves problemas que se estaban viviendo en esta nación, cuya hegemonía absolutista estaba en decadencia por innumerables deudas económicas, por el dinero que demandaba mantener los privilegios y sobre todo por el estilo Dionisiaco de vida que llevaban.

En consecuencia a esta insurrección, se sintetizará y efectuará tangiblemente la ideología Ilustrada, a través de la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano, proclamada por la Asamblea, cuyas consignas “Igualdad, libertad y fraternidad”, constituirán los cimientos para la conformación de la sociedad Contemporánea.

Haciendo referencia a otro de los procesos acaecidos, que están intrínsecamente relacionados con el pensamiento posmoderno, se distinguen los rasgos de secularización, los que a lo largo del siglo XVIII estuvieron desmesuradamente latentes y que en conjugación con la Revolución Francesa alcanzaron su clímax. Situación que concatenará en las próximas décadas no tan sólo un creciente laicismo, siendo éste uno de los mayores cismas de la iglesia Católica, sino que se manifestará una progresiva ruptura con agentes políticos y sociales que regulan la vida pública.

Realizando un epítome, la Edad Moderna cuyo auge fue el siglo de las Luces. Fue una etapa de la humanidad que atravesó múltiples procesos y de índole disímil, comprendiendo niveles ideológicos, culturales, políticos y económicos. Sin embargo, el contexto social fue el mayor de sus causantes, ya que a partir de éste se configuran los otros factores. Vislumbrando así una Francia que se encontraba al borde de la banca rota, por culpa de un sistema tributario anticuado, agravado además en su aplicación por unos abusos inveterados, una práctica jurídica arbitraria por culpa de los privilegios de clase, una sucesión de gobiernos débiles e ineficaces, una corte derrochadora y una administración corrompida hasta sus cimientos .

Retomando el tema que nos compete, “La posmodernidad” o también entendida como época Contemporánea, va a forjarse en base a lo anteriormente señalado, vale decir, como se ha planteado desde el principio de este ensayo, se concebirá en antítesis a los preceptos Modernos. No obstante, lograr una posible definición de esta época, no es el fin último al que se quiere llegar, puesto que ante todo está marcada por un amplio pluralismo, siendo éste uno de sus rasgos más determinantes, ya que denota desde un primer momento una gran diversidad, tanto ideológica, política, cultural y más aún si se perciben las formas de expresión. Siendo este último punto, de suma importancia, ya que “el progreso”, trajo consigo la libertad de expresión.

Una de las consignas más claras de la Modernidad era la libertad, ésta tras innumerables revoluciones, guerras, conflictos ideológicos, hizo deparar una sociedad donde manifestar las opiniones fuera parte del día a día, en fin escuchar la palabra “libertad de expresión”, es algo que ya nos parece “normal”, incluso ha llegado a ser tan común, que hasta se ha vuelto trivial. Pero se nos olvida cuánto costó obtenerla, creemos que es un derecho innato, que nos ha pertenecido desde siempre, pero esto no es más que un comportamiento irracional y propio de seres desmemoriados, que pese a que la ilustración nos cedió un impulso impetuoso, cuyo afán didáctico se ha masificado, hemos caído en decadencia y más aún, esto se ha vuelto peor que antes, ya que más vale ser una persona sin conocimientos, que un ilustrado que no quiere ver la realidad que existe en derredor.

Hago un llamado a que utilicemos aquello por lo que tanto han luchado nuestros predecesores, hagamos uso de nuestra libertad y expresemos aquello que nos causa inconformismo, manifestemos nuestras opiniones, seamos críticos, enjuiciemos nuestros propios actos y que así seamos capaces de fraguar una sociedad cada vez mejor, cuyo fin progresista, no tan sólo se convierta en un fin, sino que lleguemos a concretarlo.

Es así que no puedo dejar en el tapete un tema tan trascendental como el que se vive en Asia, puesto que hablar de libre expresión en Occidente, no es lo mismo que en Oriente. Y esto queda de manifiesto tan sólo al contemplar en nuestro diario vivir, gracias a los mass media (medios masivos de comunicación), realidades que viven distintas culturas, estilos de vida muy diferentes al que acostumbramos, ya que por ejemplo, algo tan típico como a lo que acostumbran los jóvenes, que es el chat, allá no se puede utilizar, ya que persiste una prohibición continúa a usar estos medios, incluso si uno quiere tener su propia página web, ya sea un blog o de cualquier índole, simplemente no podrá, ya que se les han impuesto trabas y penalizaciones por el sólo hecho de querer dar a conocer su opinión.

Situaciones como éstas en un mundo “progresista”, término que tanto está en boga, son inaceptables, no podemos decir que estamos avanzando, que hemos progresado, cuando en realidad se nos ultraja de este modo. Todos tenemos derecho a la libertad, ésta ha sido un derecho que nos hemos granjeado a través de la historia, mucha sangre fue derramada para conseguirla y no podemos permitir que ésta nos sea coartada por quienes nos gobiernan.

Otras de las problemáticas vigentes es el tema de la desigualdad, cuyo fundamento también se ubica en las consignas modernistas. La lucha por la igualdad es una realidad que tiene precedentes desde tiempos remotos y, por consiguiente, el ser humano ha tenido que enfrentarse a ellas continuamente. Es por ello que si pretendemos caracterizar esta época, no podemos “hacer vista gorda” a tales escenarios. De tal modo que si hablamos de desigualdad, ésta debe analizarse desde raíz y la raíz de toda sociedad se encuentra en la familia, siendo ésta el núcleo fundamental de la sociedad y precisamente, es desde el seno del hogar donde observamos las primeras muestras de desigualdad. Un ejemplo de ello, es el caso de las nanas, donde muchas veces deben ejercer de madres sustitutas y, en efecto, las mismas dueñas de casa consideran que cumplen un rol fundamental en la crianza de sus hijos, no obstante, persisten prácticas a las que estamos tan habituados, que las hacemos de modo casi inconsciente, es así que a la hora de la merienda a las nanas no se les permite sentarse con los patrones, siendo que es vista como una integrante más, pero es en situaciones como éstas donde se percibe jerarquización social, lo que no deja de ser importante en nuestra conformación como sociedad a la hora de hablar de desigualdad, ya que es el hogar nuestro primer educador y es aquí donde se irán construyendo nuestras concepciones sociales y sistema de valores.

Si bien, nociones de disparidad encontramos desde nuestras familias, éstas se hacen aun más visibles en el instante de compartir un mismo sistema social, es decir, al vivir en comunidad. En primera instancia, porque vivir en comunidad, hace alusión a un nivel social más elevado, el que querámoslo o no trae consigo una distinción, traduciéndose en labores, que pese al arduo trabajo son menospreciadas, mal pagadas y discriminadas consciente o inconscientemente, lo que nos crea una forma de percibir tales trabajos con displicencia y clasificarlos desde un primer momento como de menor categoría, viéndose de esta manera quienes los desarrollan, perjudicados salarial y socialmente.

Pero esto es tan sólo una parte de la realidad, ya que toda relación interpersonal implica un compromiso con el otro, pero el problema surge cuando ese otro es distinto a mí, relación que muy a menudo adquiere un carácter peyorativo. Ejemplo de ello es, cuando una empresa requiere personal calificado para desempeñar una determinada labor, pero resulta que cuando se trata de contratar a alguien, no sólo se fijan en sus capacidades, sino que hacen de inmediato una distinción si esta persona proviene de un país distinto o de una etnia diferente y si éste, en el caso de nuestro país es peruano o boliviano, la discriminación es aún peor.

Una vez más recalco que si queremos progresar, hechos como éstos no se pueden dar, no podemos hablar, por ejemplo, que Chile es un país es vías de progreso si aún coexisten semejantes situaciones. Es tiempo de detenernos aunque sea un momento a replantearnos lo que queremos para el futuro, un futuro que debe ser más ameno, libre e igualitario.

Lamentablemente contextos como aquellos no sólo se avizoran como país, sino que a nivel mundial esto se masifica del tal modo que los casos de genocidio se han acrecentado en el último período. Para nadie es un misterio leer en el periódico o ver en el noticiero ataques contra inmigrantes y tampoco lo son las constantes manifestaciones de pueblos originarios, que sólo buscan hacer valer sus derechos y que se les trate con igualdad. Y es por esto, que es preciso destacar otras de las características propias de la posmodernidad, que en conjunto con las dos consignas anteriores, conforma la triada emancipadora. Me refiero a la fraternidad, valor que en la sociedad actual ha quedado relegado a un segundo plano, lo que posee múltiples explicaciones, pero sólo me ceñiré a las más destacadas.

Entre el cúmulo de teorías que lo explican, está aquélla que plantea el marcado relativismo de nuestro tiempo, que otea la verdad, los valores y al ser humano y, por tanto, sus relaciones de fraternidad como un ente fragmentario, que no concibe a la humanidad como un todo, sino como seres distintos, lo que inconmensurables veces se convierte en desuniones, rupturas de lazos, desapego y retorno al primitivismo discriminatorio. A las personas posmodernas les cuesta concebir el lado positivo del “ser diferente”, sólo ven lo negativo, de lo que se infiere la tendencia pesimista de la actual sociedad. Les es casi imposible entender la grandeza y la riqueza de la diversidad, el pertenecer a culturas distintas, el creer en una doctrina diferente, el tener una heterogeneidad de posturas frente a determinados temas.

Poseer pensamientos divergentes nos ayuda a crecer como personas, como individuos y en comunidad, nos permite comprender el mundo desde otra perspectiva. Aquí está la base del cambio, si queremos progresar como sociedad, primero debemos hacerlo nosotros mismos, modificar nuestra arraigada mentalidad individualista y de misantropía, para lograr un mundo donde la discriminación sea cosa del pasado, la libertad un bien preciado y la igualdad un bien social.

Por Jose Patricio Chamorro (Colaboración)

jueves, 29 de septiembre de 2011

God´s away on business, Tom Waits apocalíptico

Aparece un hombre con pinta de vagabundo.

Se pasea por estrechos pasillos de pintura desconchada,

y entre globos negros y pompas de jabón gruñe:

Dios no está, está ocupado.

Y pertrechado con un bastón, sin dejar de mirarme, añade:

Dios está de viaje de negocios, aquí no, al otro lado.

Y cada una de sus palabras me golpea casi físicamente.

Es un espantapájaros humano que jueguetea con su sombrero,

que ignora a los cientos de pavos reales que le rodean,

y maldice: el mundo lo gobiernan asesinos, ladrones y abogados.

El barco se hunde, y desenterrar muertos también es un trabajo.

Y él les da la voz perfecta a los que han perdido,

y su voz es su instrumento, y es óxido, y a la vez es llanto,

y son todas las emociones de los que alguna vez naufragaron.

Y susurra: Dios no está, y sin embargo, aquí estoy yo para apoyaros.

Pero él sabe bien lo que es sobrevivir mientras el mundo cruje,

y como a todos los que volvieron del otro lado nos lo creemos.

Y esa esperanza, esa victoria, ese pulso que ganó, no se canta;

Se RUGE.

Y mi hija me pide que lo vuelva a poner, intuye que allí hay algo,

Grita: ponme al león!, y a veces lo dudo, pero lo hago.

Y aumentando la sonrisa en el reflejo del cristal lo imito, y ladro.

No sabe que su grandeza no es la del león, es la del perro mojado.

Por Berto Alvarez (Colaboración)