martes, 26 de abril de 2011

El beso de Robert Doisneau

    

     “El beso del Hôtel de Ville” de Robert Doisneau es el beso más famoso de Francia desde que fue fotografiado en 1950. Dio la vuelta al mundo en pocas semanas y Paris se convirtió así en la ciudad del amor. Parejas de distintas nacionalidades querían vivir ese pequeño instante, ese beso efusivo entre una multitud ajena a la pasión que aquellos dos franceses anónimos sentían.

     Siempre he pensado que el amor, por banal que pueda parecer a veces, domina gran parte de nuestros impulsos y decisiones a lo largo de la vida. Muchas son las personas que renunciarían a prácticamente todo para que su enamorado no le abandonase. Y Robert Doisneau lo sabía. Y no solo eso, sabía además las claves para dar con una imagen que transmitiera ese sentimiento tan intenso. De hecho, por espontánea y robada que parezca la fotografía, es prefabricada. Ahí fue cuando la magia se esfumó. Años después de la toma, una pareja afirmó reconocerse en la imagen y, así, embolsarse la parte proporcional del pastel. Lo que ellos no sabían era que las dos personas de la foto eran en realidad estudiantes de arte dramático que posaron para Doisneau. Así fue como la verdad afloró junto con una profunda decepción de lo que representaba el beso perfecto, el amor puro.


     El porqué del éxito de “El beso del Hôtel de Ville” reside precisamente en que este momento parece realmente robado. El encuadre caótico, la gente en movimiento, el primer plano ocupado por una persona de espaldas que esconde el fotógrafo de la pareja enamorada, el abrazo protector del chico y la entrega total de la chica al beso,... cada pieza del puzzle está en su debido lugar para ofrecer la viva imagen del beso deseado por todo el mundo. Y como el amor es ciego, la farsa de la imagen queda escondida. Así, poco importa que la fotografia no sea fruto del azar, sino del cálculo meticuloso Robert Doisneau. Al fin y al cabo, sabemos por experiencia propia que estos besos existen.
Los hay pocos, pero los hay.

Por Nona Codina. Colaboración

6 comentarios:

  1. Fantástica fotografía. Yo también la tengo entre mis favoritas. Una pena que fuera en realidad un montaje, pero es cierto lo que apunta Nona Codina en el artículo, esos momentos existen. Mi marido y yo intentamos imitar esta foto cuando fuimos a Paris, pero salimos horribles, aún así tenemos un recuerdo bonito de aquella tontería. (Soy Virginia Raya)

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  2. Falsa o no, sigue siendo una imágen bellísima, y gracias a obras de arte cómo ésta, algunos pueden soñar e imaginar cómo de tierno puede llegar a ser el amor verdadero. Siempre beso a mi marido con mucha pasión y no me importa el mundo a mi alrededor. Podrían rehacer la imágen millones de veces sin usar "actores". El amor existe, por todo el mundo. Gracias por el artículo. :)

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  3. Es conocido que no es ninguna farsa que mania de desmontarlo todo

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  4. Es una magnífica fotografía y toda fotografía es un montaje de la realidad. Veamos algunos mandos de la cámara: el diafragma consigue más o menos profundidad de campo según se cierra o se abre. Las velocidades del obturador hacen que la imagen a vea más rapida o no. La óptica deforma la perspectiva o puede hacer que un objeto que esta lejos se vea cerca y de hecho puede hacer que dos objetos que estan lejos el uno del otro "se acerquen", la sensibilidad de la pelìcula agregara otros muchos cambios . ¿Cada foto no es un montaje? No podemos esperar la verdad ni siquiera del espejo que por principio de cuentas invierte la imagen y luego hace que midan menos entre más lejos se encuentran los objetos reflejados. Así que si fue una puesta en escena ¿cúal es la importancia? es una fotografía memorable.

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  5. qe velocidad de obturacion tiene esta fotografia?

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  6. Todo es un montaje, querella al canto.

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